Peligros de la tecnología digital
Gustavo Páez Escobar
Leo en este momento el libro Cómo hacer que te pasen cosas buenas, publicado por Espasa, de la connotada siquiatra española Marian Rojas Estapé, convertido en un éxito de ventas. Obra que contiene consideraciones de la mayor importancia, entre ellas, las contenidas en el capítulo La era digital, del cual entresaco los siguientes fragmentos que deseo compartir con mi red de amigos:
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Volvía de México y cuál fue mi sorpresa al leer en el periódico una noticia impactante: “Facebook admite que juega con la mente de sus millones de usuarios” (…) Los que nos dedicamos al mundo de las emociones y del comportamiento sabemos que el universo de la pantalla –internet, redes sociales, vídeos y aplicaciones varias– está afectando profundamente la manera en la que nos relacionamos, la manera en la que procesamos la información –memoria, concentración, multitarea, educación, motivación… –, y por lo tanto, a la larga, la felicidad (…) ¿Qué reconoció el fundador de Facebook en el evento de Filadelfia? Sus palabras fueron: –Cuando la gente recibe un like, recibe este pequeño golpe de dopamina que les motiva a subir más contenido… (…)
No nos damos cuenta de que los niños desde edades tempranas están siendo expuestos a todo este mundo digital –sin restricción– y con grandes posibilidades de alterar profundamente sus mentes, en procesamiento de la información y su capacidad de gestionar las frustraciones y las emociones (…) Cuando los niños y jóvenes se encuentran en conflicto, aburridos o estresados buscan el dispositivo para “relajarse”. Su mente se acostumbra a que, ante el esfuerzo, su vía de escape es la pantalla, las redes sociales o internet. Un alto porcentaje de la población acude a las redes –WhatsApp, Instagram, Facebook, Twiter, Tinder… –buscando este pico de dopamina que se activa al contacto con ello (…)
Estamos en la era del exceso de información y de la superabundancia de estimulación. Esta hiperestimulación está profundamente ligado a un consumo desmedido tanto de información como de bienes materiales e incluso ficticios. Todo se logra fácilmente a base de un clic (…) Los avances cambian a una velocidad impresionante, e impiden que la sociedad frene, pare y reflexione sobre el impacto que está teniendo todo ello en su mente, en su cuerpo y en su vida (…)
Internet y sus derivados poseen ventajas poderosísimas para hacer la vida más sencilla en múltiples aspectos, pero su mal uso deriva en conductas perjudiciales para la mente y para el comportamiento (…) No olvidemos que el éxito en la vida lo logran las personas que son capaces de concentrarse en lo que realmente desean, siendo capaces de perseverar en el propósito (…) Una exposición excesiva a la pantalla inhibe el correcto funcionamiento con un claro déficit en la atención y en la concentración (…)
Realmente hay algo que no estamos haciendo bien (…) Hay que educar offline. Sí, sobre todo a nivel emocional y social. “La comunicación cara a cara es el mejor modo de aprender a leer las emociones del otro”, apuntaba Nass. No olvidemos que la conocida inteligencia emocional es una de las claves del éxito en la vida. La pantalla es la peor educadora para lograrla. Aísla y encapsula al niño de todo lo que le rodea (…) Eduquemos a los niños para que sean capaces de paladear la vida, las emociones y las relaciones personales de tú a tú, mirando a los ojos de la persona que tienen enfrente (…)
Los jóvenes conectan más fácilmente con una pantalla, una red social o un videojuego que con la naturaleza, las personas y la realidad. No se trata de negar la tecnología, ni negar el avance digital, sino de saber introducirla de forma sensata y escalonada en la vida de los niños y los adolescentes, enseñándoles a ellos mismos a controlar el acceso a las aplicaciones y a los contenidos.
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El Quindiano, Armenia, 3-II-2024.