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Entradas Etiquetadas ‘Panorama nacional’

Les llegará el turno

martes, 12 de septiembre de 2017 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

En medio del hundimiento moral, social y político que atraviesa Colombia, no todo es negativo. La gangrena que carcome a la Rama Judicial debido a la corrupción de magistrados y jueces, que cada día levanta más ampollas y crea más estupor, tiende, sin embargo, a detenerse al ser descubiertas las cabezas principales de ese festín de la codicia y la explotación. Aparecerán otros actores, claro que sí, pero a todos les llegará el turno para rendir cuentas y recibir los castigos impuestos por la sociedad y la ley.

El fiscal general, Néstor Humberto Martínez, da una gran sorpresa. Ojalá se mantenga en esa línea. Cuando se pensaba que iba a ser tolerante con el gobierno de Santos, del que hizo parte, y con Cambio Radical, que merecía su apoyo soslayado, demuestra rigor e independencia al acometer las drásticas acciones llevadas a cabo frente a la ola de maledicencia que azota al país. En Venezuela, la exfiscal Luisa Ortega arremete contra el gobierno de Maduro, al que secundó por varios años, y con su actitud valiente demuestra que todavía puede salvarse la democracia y desalojar a los déspotas del poder. A los verdugos del pueblo. No todo está perdido, ni en Colombia ni en Venezuela.

Semana n.° 1845, 10 al 17 de septiembre de 2017

Comentario

Una buena nota de análisis político de actualidad. Personalmente confío poco en este Fiscal. Es la cuota de Germán Vargas Lleras y de Luis Carlos Sarmiento, suficiente para hacer crujir los dientes. Alpher Rojas, Bogotá.

Canciones de la guerra

martes, 21 de marzo de 2017 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

El historiador Orlando Villanueva Martínez ha escrito varios libros sobre la violencia colombiana, dedicados a repasar la vida legendaria de famosos personajes insurgentes del país, como Biófilo Panclasta, Dumar Aljure, Manuel Quintín Lame, Guadalupe Salcedo, Sangrenegra, Camilo Torres Restrepo. Trabaja ahora en la biografía de Pedro Brincos, y en sus planes se encuentra la  historia de Tulio Bayer, sobre la que ya posee buena información.

Su último libro se titula Canciones de la guerra: la insurrección llanera cantada y declamada, y lleva el sello editorial de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. E incluye un video con material audiovisual sobre el contenido de la obra.

Valiosa edición que llena un vacío en el largo y sangriento historial de las guerrillas y las voces rebeldes que han protestado contra las injusticias, los atropellos y los oprobios cometidos contra la población desprotegida. Nadie había realizado la tarea académica que cumple Villanueva Martínez al recoger en su libro un repertorio significativo de canciones, poemas, testimonios, fotos y mapas sobre los sucesos bélicos ocurridos en los Llanos Orientales (o el Llano, como también se le conoce) en los años 50 y 60 del siglo pasado.       

Época turbulenta en la que los partidos conservador y liberal, trenzados en el peor sectarismo de la historia, que era instigado por la propia Iglesia católica, cubrían de sangre el territorio nacional. En los gobiernos de Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez, los campesinos del Llano fueron hostigados por las fuerzas oficiales, e hicieron irrupción los temibles “chulavitas”, quienes despojaban a los nativos de sus tierras, los sometían a toda clase de vejámenes y los masacraban, como lo cuenta este corrido:

“Eran las seis de la tarde / de un 28 de marzo, / yo reconocí a esa gente, / eran policías chulavos / y algunos vecinos míos / que servían de baquianos. / Desde el guafal miré todo: / a mi mujer la mataron, / lo mismo a nuestros hijitos / de dos y de cuatro años”.

Contra esas hordas de la iniquidad surgió Guadalupe Salcedo, legítimo llanero, intrépido líder de la rebelión y convertido, por fuerza de las circunstancia, en “el terror del Llano”, como se le conocía.  Así lo dibuja esta canción:

“Ahí viene don Guadalupe / terror y muerte llevando / mientras los de Bogotá / bandolero lo han llamao, / el pueblo que lo bendice / lo nombra su abanderao (…) ¡Ánimas, don Guadalupe! / que ya el sol está clariando / y la madrugada canta / en el pico de los gallos. / ¡Si nos quitaron la patria / la estamos reconquistando!”.

Miles de llaneros seguían, con portes desarrapados, armas precarias y el ánimo erguido, al heroico capitán de la insurrección. Su imagen fulguraba en todo el país. Hasta que un día, en el gobierno del general Rojas Pinilla, lo halagaron para que se rindiera y entregara las armas. Se dejó convencer, sin sospechar que sería traicionado. Cuatro años después de haber firmado la paz caía abatido por la policía en una calle de Bogotá. Guadalupe Salcedo se volvió un mito en la historia del Llano.

Estos hechos, hoy olvidados, resurgen de manera diáfana en el libro del historiador Villanueva Martínez. Obra que tiene el mérito de recuperar el folclor llanero de aquella época tenebrosa, cuando las canciones de la insurrección pasaban de boca en boca, y se volvieron un canto de libertad.

El Espectador, Bogotá, 17-III-2017.
Eje 21, Manizales, 17-III-2017.
La Crónica del Quindío, Armenia, 18-III-2017.

Comentarios

Muy buena reseña, que he leído con especial interés tanto porque Villanueva es un referente notable en la investigación académica sobre el liderazgo insurgente en Colombia, cuanto por el aporte del artículo al entendimiento de episodios dolorosos de nuestra historia conflictiva. Alpher Rojas Carvajal, Bogotá.

Qué bueno traer a cuento esa triste historia de la violencia partidista de los nefastos años cincuenta, porque la gente joven desconoce completamente los sucesos y fenómenos políticos de entonces y los procedimientos tortuosos de los chulavitas. Mucho menos saben quién fue Guadalupe Salcedo, y quienes vagamente tienen una idea, lo tildan de «un bandido asesino que hubo por allá en los Llanos». Eduardo Lozano Torres, Bogotá.

No sé el motivo por el cual Sangrenegra, o Jacinto Cruz Usma, figura al lado de los insurgentes en esta columna. Siempre supe que Sangrenegra era un cruel bandolero. No sé si esté equivocado. Porque me imagino que el libro es para evocar personajes que lucharon por algún ideal o presionados por gobiernos opresores. César Carvajal Henazo (correo a La Crónica del Quindío).

Respuesta del autor del libro. Sobre el caso Sangre Negra, el comentarista podría tener en parte razón, aunque habría que decir que insurgente, en este caso, sería toda aquella persona que se levanta o se manifiesta, a su manera, contra el sistema, o una situación de opresión. En mi libro catalogo a Sangre Negra como un lumpen bandido, que llegó a hacer lo que hizo, no por gusto, sino porque las circunstancias lo llevaron a realizar determinadas acciones, que dentro del punto de vista de mayoría, resultan equivocadas. Orlando Villanueva Martínez.

Freno a los fraudes bancarios

jueves, 23 de febrero de 2017 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

En sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, del 26 de diciembre de 2016, que solo vino a conocerse hace poco, se condenó al Banco AV Villas por la sustracción no autorizada de cerca de $125 millones de la cuenta de ahorros de una empresa. La entidad financiera se negaba a asumir ese hecho alegando que era el cliente el responsable del fraude cibernético.

Al fin se produce, después de largos años, un acto de justicia que mete en cintura a la banca para que responda por los dineros que le han sido confiados y que son objeto de robo mediante los sofisticados y cada vez más avanzados sistemas que utilizan los delincuentes para apoderarse de cuantiosas sumas.

De modo generalizado, y puede decirse que automático, los institutos financieros  han venido aduciendo que los fraudes obedecen a descuido del cliente en la protección de la tarjeta bancaria y en el manejo de internet. De esta manera, la cuerda se reventaba por lo más débil. Los bancos exponían pruebas técnicas en las que demostraban que el dinero había salido de la propia tarjeta del usuario, y solo él debía manejar la clave confidencial.

Y no aceptaban las habilidosas clonaciones y demás métodos audaces que permiten asaltar la buena fe del cliente y burlar la seguridad bancaria. Esto lo conoce muy bien la banca y, sin embargo, ha venido aduciendo argumentos falsos para salvar sus cifras y sacrificar las de la clientela. Un lector de esta columna manifiesta: “Esa es la prueba, una vez más, del error de tener dinero en los bancos y del error de tener tarjetas de crédito”. Hasta ese extremo hemos llegado.

A raíz de varios artículos que he escrito sobre este asunto, me han llegado 38 correos de personas defraudadas que coinciden en la misma negativa bancaria para restituir los dineros extraídos en forma ilícita. Las razones son idénticas en todos los sucesos, pues salen de un formato preestablecido, imposible de refutar. Así, el cliente siempre es el perdedor, y el volumen de la plata estafada en el país es tan voluminoso, que se hace imposible cuantificarlo.

En lo que conozco, hay solo 3 casos, diría que insólitos, donde se ha recuperado el dinero. Uno de ellos, el sucedido en Armenia con la señora Claudia Rosalba Bermúdez, de cuya cuenta con el Banco de Colombia fueron extraídos más de $ 20 millones en ciudad distinta a la de su residencia. Después de 8 años de alegato judicial, en los que ella tuvo que cerrar su negocio y entró en grave estado depresivo, un juzgado condenó al banco a asumir el valor del fraude. Esta sentencia fue confirmada por el Tribunal Superior de Armenia en agosto de 2016.

La Corte Suprema de Justicia, al resolver el litigio arriba mencionado, dice que los bancos están obligados a reconocer a sus clientes los perjuicios causados, mientras no se demuestre que el robo fue posible por descuido del usuario. Estos, como depositarios de la fe pública, deben garantizar la seguridad del dinero que se les confía. Esto es elemental. Ojalá de aquí en adelante la banca camine por otra ruta.

El Espectador, Bogotá, 18-II-2017.
Eje 21, Manizales, 17-II-2017.
La Crónica del Quindío, Armenia, 19-II-2017.

Comentarios

Muy buena columna. Se pone fin a la repetida injusticia cometida por las entidades bancarias, depositarias de buena fe de la confianza de una clientela que estaba cada vez más desprotegida ante las mismas entidades. Gustavo Valencia García, Armenia.

Verdaderamente el cliente está desprotegido, y cada vez que hago un retiro o solicito el saldo, me asalta cierto temor de encontrarlo reducido. Por ello, el antecedente establecido por la Corte Suprema de Justicia es una buena noticia y muy bueno que sea divulgada. Alberto Lozano Torres, Bogotá.

Sí a la esperanza

martes, 6 de septiembre de 2016 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

Dijo Humberto de la Calle en días pasados: “Los enemigos de la paz son los que han llenado las redes sociales de falacias y mitos”. Esta situación se acentúa cada día  más conforme nos acercamos al plebiscito que definirá la suerte del convenio firmado en La Habana, documento bautizado con el título de “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”.

El rótulo de este trabajo dio lugar a que el Centro Democrático, que no descansa en su plan de atacar cuanto se oponga a sus ideas y propósitos, critique la pregunta elaborada por el Presidente para someterla a votación popular.

Dicen los dirigentes de esa casa política que, al tomar dicho título como base para formular la pregunta, se induce al elector a marcar la casilla del Sí. Esta suspicacia carece de fundamento. ¿Acaso no se pregunta, con claridad y concreción, si el elector apoya o no lo acordado en dicho documento? Es eso lo que el pueblo va a refrendar o a reprobar. Ese es el objeto de la consulta popular.

Entre las críticas que se hacen al proceso de paz se encuentran las siguientes: que Santos entrega el país a las Farc; que lo lleva al castro-chavismo; que hay impunidad al no establecerse el pago de las penas en cárceles con barrotes; que los exguerrilleros no deben ocupar curules parlamentarias; que se les premia al asignarles un auxilio económico para su subsistencia inicial en la vida civil…

Los opositores atacan el acuerdo sobre la justicia transicional y por supuesto no están de acuerdo con la creación del Tribunal de la Paz. Según ellos, este organismo interfiere la vida de la justicia ordinaria. Pero no se adentran en la función temporal que cumplirían las instancias convenidas, ni dilucidan los otros mecanismos que se fundarían para hacer posibles la dejación de las armas y la construcción de la paz.

Mientras tanto, el mundo entero aplaude los logros que obtiene Colombia después de medio siglo de violencia, que deja 220.000 muertos y 8 millones de víctimas por el conflicto con las Farc y el Eln (entre ellas, millón y medio de niños y adolescentes). Ningún otro acuerdo había llegado tan lejos. Hemos conseguido un sitio privilegiado de recuperación entre los países castigados por la  guerra, y no obstante, hay quienes buscan que el conflicto nunca termine. Desde que no sean ellos los autores de las medidas, todo está mal hecho.

Disentir es legítimo derecho de la democracia. Lo malo está en ejercer esa acción bajo la carga del odio, del sectarismo, de la alucinación o la revancha. Lo deseable es el diálogo civilizado, la controversia respetuosa, la conducta equilibrada. Y lo que debe imperar en estos momentos es la invitación a que los ciudadanos lean con cuidado la letra de los acuerdos y reflexionen en conciencia sobre la fórmula que más convenga, lejos de presiones y de los mensajes tendenciosos que inundan las redes.

No se va a votar ni por Santos ni por Uribe. Se va a votar por el documento de La Habana, producto de cuatro años de deliberaciones, al frente de las cuales actuaron, en nombre del Gobierno, personas del mayor prestigio, erudición y credibilidad.

 Muchos votaremos, con el Sí, por la esperanza de un país mejor. Votaremos por el perdón y la reconciliación, necesarios para el desarrollo humano. Votaremos por nuestros hijos y nuestros nietos. Por las futuras generaciones.

El Espectador, Bogotá, 2-IX-2016.
Eje 21, Manizales, 2-IX-2016.
La Crónica del Quindío, Armenia, 4-IX-2016.

Comentarios

Yo también, como la mayoría de mi familia, votaremos Sí. Gracias por ayudar en esta campaña para la búsqueda de un mejor país para todos los que lo habitamos y para las generaciones futuras. Ramiro Borja Ávila, Bogotá.

Artículo democrático e ilustrativo acerca del momento histórico y decisivo, cuando Colombia le apunta a la paz. Quizás no nos toque morirnos sin acercarnos cada vez más a este sueño que ya no es utopía. Inés Blanco, Bogotá.

Hay que ser muy ingenuo y estulto para creer que el circo habanero va a traer paz. La principal razón es la corrupción política que se verá incrementada en el Congreso (ya podrido) por unos criminales de guerra indultados. Los que van a votar Sí es porque o son comunistas, o ingenuos, o estultos, o ignorantes, o están amenazados, o vendieron su voto, o todo a la vez. Votar Sí es inmoral porque es legitimar, justificar, indultar y premiar a unos psicópatas narcoterroristas. Kaliman7 (mensaje a El Espectador).

Artículo con planteamientos serios y a favor del SÍ en el próximo plebiscito. No sobra aclarar que no soy santista, ni uribista, ni comunista, ni simpatizo con las Farc. Simplemente creo que no se pueden echar por la borda 4 años de conversaciones serias y desperdiciar una oportunidad excepcional para desarmar a la guerrilla más vieja y feroz que hemos tenido, para iniciar una etapa nueva de este país que no  merece la suerte de seguir derramando sangre inocente, destruyendo familias, tierras, hogares y patria. Y no podemos mirar despreciativamente el apoyo internacional que desde el papa hasta gobernantes de países pequeños han dado al cierre de las conversaciones de La Habana. Eduardo Lozano Torres, Bogotá.

Pobres usuarios (2)

miércoles, 6 de julio de 2016 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

Comenta Alicia Marín de Bravo, de Barranquilla, que hace más de dos años sostuvo con Movistar una batalla de meses. Y le tuvieron que devolver, debido a reclamo que presentó a la Superintendencia de Industria y Comercio, $178.000 por cobros de un mal servicio. Hoy le mandan mensajes al celular cobrándole por la reconexión de un fijo que no tiene. Otra empresa –UNE– le cobra más de medio millón de pesos por un módem que hace más de un año devolvió por mal servicio.

Pedro Galvis compró en Bogotá una nevera Whirlpool en Casa Magna, y le  fue recomendada como la mejor que existía. Tan pronto empezó a trabajar, la escarcha se rebosó, en el refrigerador,  de manera exorbitante. De inmediato lo hizo saber para que le fuera cambiado el aparato. Como respuesta le dieron un teléfono, supuestamente de Whirlpool, para que lo atendieran. Le hicieron un arreglo a la carrera y la nevera siguió trabajando mal. Después todo quedaba caliente dentro de ella. Y se enteró de que Whirlpool no tiene presencia en Colombia. Son centros de servicios los que atienden, pero sin tener vínculo con la marca. Fueron muchas veces al apartamento, con el cobro de las visitas, hasta que algún técnico le informó que esas neveras fallaban y no tenían arreglo. Pasados tres años de tortura, tuvo que comprar otra nevera.

Carlos A. Ramírez está enredado con la ETB por la cuenta de servicios públicos que tenía contratada su mamá (fallecida). La línea telefónica de dicha empresa estaba instalada en el inmueble donde ella vivía, que no era propiedad suya, sino de sus hijos. Hoy el apartamento está vacío, y sus hijos desean descontinuar el teléfono, para que el comprador de la vivienda organice su propio servicio. Mientras tanto, los hijos tienen que pagar una tarifa mensual de $ 150.000, no obstante que el apartamento está cerrado. Al acudir al CADE,  han puesto allí tal número de trabas y han pedido tal cúmulo de papeles, que el sufrido ciudadano se siente mareado. Todo lo que pide es que le retiren la línea telefónica, pero la empresa exige certificados de defunción del padre y de la madre, certificado de tradición y libertad del inmueble, actualización de documentos… Cuando piensa que ya todo está cumplido, vienen nuevas exigencias. Todo un camino tortuoso que lo tiene al borde de la locura.

Juan Campuzano pasa por una situación similar con la misma ETB. La línea telefónica que figuraba en su vivienda (6159869) fue cambiada hace tres años, y las facturas siguen llegando a su nombre. Antes de efectuar el cambio de la línea, se le había instalado, por presión de un vendedor, la fibra óptica. Esto se traduce hoy en que no solo se le viene facturando un teléfono que no usa, sino que todos los meses el costo le llega aumentado con el servicio de la fibra óptica. En numerosas ocasiones ha hecho el reclamo a la línea 177, donde le prometen que el mes siguiente quedará solucionado el caso. Así ha pasado un año.

El asedio de los vendedores de servicios es desesperante. Hace por lo menos dos años nos llaman de la ETB para ofrecernos la fibra óptica, y siempre les decimos que no estamos interesados. Es como si le habláramos a una pared, ya que a la semana siguiente vuelven a hacernos la misma oferta. Esto juega, de igual manera, con los bancos. Nos llaman para interesarnos en algún plan (a veces en las horas más inoportunas), y como nuestra respuesta no es favorable, siguen acosándonos. Por favor, señores ejecutivos, póngales coto a estos abusos demoledores. Esto no es mercadeo.

Mi hijo Gustavo pagó por internet a North Face un pantalón bermuda por $ 62.100, que se anunciaba con un descuento amplio. Al día siguiente recibió un correo donde le informaban que no había la bermuda, pero que se la cambiarían por una camiseta. Él respondió que no estaba interesado, y de paso les hizo ver que de esa manera atentaban contra los derechos del consumidor con una publicidad engañosa. Días después le informaron que iban a hacer una excepción: devolverle la plata y darle una camiseta, ante lo cual él manifestó que lo que había comprado era una bermuda con descuento, pero que aceptaba algo similar. Propuso una camiseta de manga larga para trotar, y la firma le pidió que consignara el excedente. Ante esto, solicitó que le devolvieran el dinero. Días después envió otro correo insistiendo en el caso, y  no obtuvo respuesta. Salta a la vista la mañosa estafa en las compras por internet.

El Espectador, Bogotá, 1-VII-2016.
Eje 21, Manizales, 1-VII-2016.
El Satélite, 3-VII-2016.

Comentarios

Ojalá se reglamentara y se castigara el incumplimiento e irrespeto de los pulpos del comercio en todas sus escalas, desde el tendero hasta las multinacionales que nos exprimen como naranjas. Inés Blanco, Bogotá.

En cuanto a las compras por internet en Colombia, lo mejor es no arriesgarse. Conozco mucha gente a la que le ha ido mal en las páginas de compras por internet. Crótatas (correo a El Espectador).

Muy interesante su columna, y se puede decir que eso es pan de cada día. Visibilizar el problema es parte de la solución, pero creo que se debe poder hacer algo más efectivo para que en realidad estas empresas sientan al usuario. NHCL (correo a El Espectador).

Felicitaciones por los tres acertados artículos sobre los «tumbis» de que somos víctimas los compradores de bienes y servicios de las grandes empresas. Los casos mencionados pueden multiplicarse hasta el infinito. Por ejemplo: he sido, estoy siendo, víctima de similares  prácticas defraudadoras por parte de Home Center, Directv, Alfa, Avantel, etc. Ramiro Borja Ávila, Bogotá.

Hace once meses está desocupado un apartaestudio (30 m2) y sin embargo la empresa de acueducto ha cobrado y cobra cada dos meses cargo fijo residencial: por acueducto, $44.914,  por alcantarillado, $28.900 y por servicio de aseo, $18.320, para un total de $92.134. Codensa  no ha cobrado valor alguno pues no ha habido consumo. Considero que la empresa de acueducto hace un cobro injustificado. Jaime Alberto Umaña Poveda.

En la medida que se pueda, es mejor no usar medios electrónicos ni tarjetas para hacer compras. Yo he venido teniendo problemas con la tarjeta de crédito del Banco de Bogotá, que sólo la uso para comprar pasajes cuando voy a Chile a visitar a mi hija. Me han llegado cuentas por compras en diferentes tiendas. El Banco me ha cambiado la tarjeta más de tres veces. Yo creo que hay en el Banco alguien que conoce los números de la tarjeta. Estoy esperando la respuesta de la Superintendencia Financiera, entidad ante la cual elevé la queja. Mirza Gómez Aranguren.