Junco: palabra mágica
Por Gustavo Páez Escobar
¿Cuántos millones de veces habrá sido escrita o pronunciada la palabra junco después de que Irene Vallejo publicó en septiembre de 2019 El infinito en un junco? Pocas veces una sola palabra –tan poco corriente como la que aquí menciono– ha producido semejante explosión en el universo bibliográfico. Esta obra ha resonado en el mundo como un fenómeno literario que ha vendido 400.000 ejemplares en 2 años y medio, de las 41 ediciones que se han elaborado en 32 idiomas.
¿Qué es un junco? Una planta de los pantanos, cuyas hojas se emplean en diversas labores, como la cestería y las techumbres. Su historia se remonta a seis milenios, cuando los egipcios descubrieron su utilidad para escribir en ellas. De ahí proviene el papiro. Este hecho fue el que inspiró a Irene Vallejo para llegar al alma de los libros a través del junco. Doctorada en filología clásica y amante de la cultura grecolatina, se sumergió en las aguas de Mesopotamia y comenzó a extraer la materia para escribir su obra monumental: la historia del libro. Esta historia ha sido escrita como si fuera una novela o una fábula, y acaso un sueño, en 452 páginas de deslumbrante belleza y sabiduría.
La autora transitó por todas las épocas de la humanidad. Se enfrentó a todos los retos. Penetró en todas las bibliotecas. Quedó, por supuesto, obnubilada con la de Alejandría, un universo inabarcable. Y supo que cada biblioteca, por sencilla que sea, es un templo del saber, de la paz y del espíritu. Así definió este recinto: “Toda biblioteca es un viaje; todo libro es un pasaporte sin caducidad”.
Descripción esta que me hace recordar la nota que dejé en la solapa de Caminos (1982): “La vida está cruzada por caminos. Cada idea es un camino. Un libro es un camino abierto y no siempre bien transitado”. Han pasado los siglos, y hoy la escritura original que los egipcios crearon en hojas extraídas de la planta se volvió el mayor progreso de la civilización. Sin la palabra, el mundo sería un caos. Lo es en otros sentidos, pero si no existiera la palabra, el hombre, por su incapacidad para comunicarse con sus congéneres, amar y buscar fórmulas de vida, sería un monstruo sin pies ni cabeza.
Irene Vallejo hizo del junco una palabra mágica, que será una identificación, un rótulo de sí misma, como lo es Macondo de García Márquez, o Comala de Juan Rulfo, o Tipacoque de Caballero Calderón. Sacó el junco de la oscuridad de las aguas, lo brilló y le dio realce. El vocablo apareció en el siglo XI y pasó a ser un apellido vasco. Hoy lo llevan 25.000 personas en el mundo. En Colombia son más de 3.000.
Con prosa brillante, deliciosa amenidad, mente erudita y admirable capacidad como narradora y catedrática, Irene llega hasta el nacimiento de la escritura y, de mano con los grandes pensadores del mundo, recorre paso a paso toda la evolución del libro hasta plasmar esta obra portentosa.
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El Espectador, Bogotá, 12-III-2022, Eje 21, Manizales, 11-III-2022, La Crónica del Quindío, Armenia, 13-III-2022.
Comentarios
Agradezco inmensamente que hayas escrito este artículo, y que esté escrito con admiración, con gratitud y con el conocimiento profundo y amoroso que tienes por los libros. Esas son parte de las razones por las cuales te pedí que escribieras sobre él. Sabía bien que apreciarías su belleza, su erudición, lo gratamente que está escrito y lo mucho que enseña. Diana López de Zumaya, Ciudad de Méjico.
En efecto, El infinito en un junco es un libro extraordinario y muy acertada la referencia que haces a tus palabras en Caminos: «Un libro es un camino abierto». De allí la maravilla de los libros. Esperanza Jaramillo, Armenia.
El libro es una joya. También un fenómeno literario para una mujer tan joven y sencilla: 42 años. He escuchado un sinnúmero de audios y conferencias hablando del libro y realmente es fascinante. El título inicialmente no era ese; sin embargo, quiso que tuviera un nombre poético y así lo logró. El junco milenario es, en mi concepto, abrigo, agua, textura, hilo, tejido, papiro, escritura, vuelo, metáfora… una bella palabra. Inés Blanco, Bogotá.
A Benjamín Villegas le preguntaron: ¿Qué es un libro? Respondió: Es el camino a la felicidad. Jeff Bezos inició Amazon con sus libros digitales, pero con el paso del tiempo volvió a abrir tiendas de libros físicos, cuando algunas personas creían que los libros físicos se habían acabado. Con tu artículo aprendí muchas cosas que no sabía sobre mi pasión por los libros. José Miguel Páez Barón, Bogotá.