Poemas recuperados
Por: Gustavo Páez Escobar
En junio de 2004 viajé a Armenia a presentar la novela Un veterano encuentra su destino, de César Hincapié Silva. En aquella ocasión le pregunté a un amigo quindiano por los poemas inéditos que había dejado Carmelina Soto, muerta el 18 de marzo de 1994. El amigo me dio esta noticia desconsoladora: dichos poemas habían desaparecido y posiblemente habían ido a dar al cesto de la basura, cuando fue desocupado el apartamento de la poetisa.
En columna publicada el 22 de marzo de 1995 en La Crónica del Quindío, con ocasión del primer año de la muerte de Carmelina, revelé una simpática historia relacionada con dos poemas suyos, inéditos, titulados Llama y Brasa, de los que me había apropiado en un homenaje que sus amigos le tributamos en su propio apartamento, en octubre de 1979, con motivo de la medalla al mérito literario que le otorgó la Gobernación del Quindío. Y di a la publicidad tales poemas junto con la citada columna de La Crónica.
En aquel octubre de 1979, Carmelina me llevó a un libro de su biblioteca donde guardaba dichos poemas, me los leyó, y yo quedé encantado con ellos. Le rogué que me los obsequiara, a lo que no accedió. Me dijo que no valían la pena y que de todas maneras se trataba de un borrador. Luego se retiró a seguir disfrutando del encuentro con los amigos.
Ni corto ni perezoso, aproveché su ausencia para extraer del libro los poemas y pasarlos a mi bolsillo. Dije en mi nota de La Crónica, 15 años después: “Si la acción ha de llamarse robo, que lo sea. No me avergüenzo de ella: robar para la literatura es un placer delicioso”. Mi cometido quedaba cumplido al publicar aquellos poemas, ya muerta la poetisa. Cuando en el 2004 me enteré en Armenia de que toda su poesía inédita había desaparecido, me regocijé conmigo mismo al haber salvado del naufragio los dos poemas robados.
Pero mi sorpresa ha sido grande al llegar en estos días a mis manos el libro La casa entre la niebla, publicado en el año 2007 como homenaje póstumo a la poetisa, libro del cual son autores Luis Fernando Suárez Arango y Carlos A. Castrillón, el primero como realizador de una investigación adelantada sobre la poetisa para presentar su tesis de maestría de literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira, y el segundo como crítico literario de la Universidad del Quindío y erudito en la obra de la poetisa quindiana.
En este libro se recogen 20 poemas inéditos de Carmelina Soto, “más uno cuya primera versión data de 1979 –se anota en las palabras de presentación–, y que fue corregido y mecanografiado en limpio en la misma época del conjunto principal”. Vengo ahora a saber que la señora Marleny Garay, que cuidó de Carmelina en sus últimos años, fue la persona silenciosa que salvó sus archivos. Este archivo está constituido por unos 500 folios (artículos, cartas, ensayos, guiones para radio y televisión, documentos personales, y su poesía inédita, ahora recuperada en su totalidad).
Enhorabuena por este rescate digno de aplauso para las letras quindianas. En él aparecen los dos poemas de mi historia, pero transformados por el riguroso arte con que Carmelina elaboraba su obra. Hasta los títulos de ellos –Llama y Brasa– fueron cambiados por La llama y La brasa: de esta manera les imprimió mayor contundencia.
En este libro-homenaje presentan sus autores detenidos estudios sobre la vida y la obra de la inmensa figura de la literatura colombiana. Los estudiosos de su obra encontrarán en La casa entre la niebla (título de uno de los poemas rescatados, que sirvió de bautizo para el libro) la profundidad y la belleza con que Carmelina forjó su paraíso lírico, ahora aumentado con nuevos motivos para la admiración y el asombro.
El Espectador, Bogotá, 8-III-2011.
Eje 21, Manizales, 9-III-2011.
La Crónica del Quindío, Armenia, 12-III-2011.