Los combates de Milcíades
Por: Gustavo Páez Escobar
Se aproxima Puesto de Combate, la revista de Milcíades Arévalo, a los 40 años de vida. Increíble ejercicio de supervivencia el que ha demostrado este órgano batallador de la cultura que se ha sostenido en las aguas procelosas de un mar surcado por toda suerte de borrascas.
Al hablar del mar, es preciso traer a cuento que la idea de crear la revista le nació a Milcíades Arévalo siendo marinero de un barco mercante, en el año 1965. Allí conoció a Ariel Canzani, el capitán de la embarcación, un lobo de mar que además era poeta y editaba en el cuarto de máquinas la revista Camorán y Delfín, famosa en las letras argentinas, como la propia poesía de Canzani.
Dicha publicación, que había nacido en 1964 (es decir, un año antes de que Milcíades Arévalo comenzara a navegar), llegaría hasta diciembre de 1972, con 29 ediciones. Ya separado del oficio de marinero, Milcíades fundó su propia revista en septiembre de 1972, imitando a su maestro. Hoy, Puesto de Combate ha realizado 76 ediciones y se propone llegar hasta la número 80, con la que coronará la meta de los 40 años y dará por terminado su viaje, según anuncia el valiente editor.
Ojalá esta mala noticia no se realice, para bien de la literatura. De aquí a entonces nacerán otros bríos y surgirán en el horizonte nuevos vientos de esperanza. Los combates de Milcíades por no naufragar han sido titánicos. No dudo en calificar como acto heroico el hecho de sostener su revista sin ningún apoyo oficial y tener que luchar la publicidad privada con vocación de mártir. Esto lo ignoran los organismos encargados de la cultura nacional.
Y lo sabemos quienes, en defensa de esta tierra de letrados, conocemos los infinitos tropiezos y amarguras que ha tenido que soportar este acorazado quijote de la época moderna, y por lo demás, hacedor de milagros. Consciente de dicha realidad, Milcíades se duele, en el editorial del último número, de la indiferencia hacia su esfuerzo, con estas palabras:
“Seguramente jamás conseguiremos un premio, ni tampoco que nos consideren parte de la cultura de la tierra que nos vio nacer. Nada de eso importa, ni la indiferencia ni la sed ni el hambre (…) Cumplimos 39 años. De tanto soñar ni siquiera soñamos que alcanzaríamos a caminar tanto (…) Esta entrega está dedicada a los pocos que han creído en nosotros y a los muchos incrédulos de este país de ciegos”.
El último número de Puesto de Combate salió en octubre pasado y su edición fue posible gracias a la ayuda sorpresiva y providencial de la Corporación Biblioteca “Rafael Carrillo Lúquez”, de Valledupar, dirigida por Mónica Morón Cotes, quien contrató la publicación de una muestra de la literatura que se elabora en el departamento de Cesar. Buena parte de la edición está dedicada a divulgar la obra de 26 escritores de la región, quienes a través de diversos matices y enfoques muestran la riqueza literaria de ese territorio imbuido de magia y misterio.
Por otra parte, sobresalen en este número páginas de gran calidad, como la poesía de Miguel Méndez Camacho, el reportaje inédito de Derek Walcott, nóbel de literatura 1992, el reportaje de Fernando Cruz Kronfly sobre el Libertador, y el de Eduardo García Aguilar sobre el mundo colombiano de los escritores.
Digno de aplauso es el gesto de Mónica Morón Cotes al brindar con tanta decisión doble apoyo cultural: tanto a los escritores de su propia tierra, como a Puesto de Combate, uno de los medios más dedicados al quehacer literario, con esta maravillosa revista llamada a perdurar muchos años más.
El Espectador, Bogotá, 9-II-2011.
Eje 21, Manizales, 10-II-2011.
La Crónica del Quindío, Armenia, 12-II-2011.
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Comentario:
Estos esfuerzos son un gran ejemplo para nosotros los jóvenes que nos iniciamos en las lides periodísticas. Comparto totalmente el lamento y la protesta por la falta de apoyo tanto del Gobierno como de la empresa privada para con los medios que trabajan por mantener viva la llama de la cultura. Lorena Rubiano Fajardo, Bogotá.