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El Quindío rechaza la minería

sábado, 11 de febrero de 2012

Poe: Gustavo Páez Escobar

El presidente Santos fue al Quindío a escuchar la inconformidad regional hacia la actividad minera que ha tomado impulso en el país, y que en el caso de este departamento comprometería un alto porcentaje de su territorio.

El jefe de Estado fue claro en manifestar que en los planes del gobierno está el apoyo a la minería en sitios estratégicos, pero “no podemos dar autorización para que se desarrollen actividades mineras en la zona del Paisaje Cultural Cafetero”. Esta declaración la hizo el 13 de este mes en el marco del Acuerdo por la Prosperidad, como se denominan ahora los foros que realiza el alto gobierno con las autoridades y las fuerzas vivas de la opinión pública en las diferentes regiones.

Precisión necesaria esta de frenar de manera tajante los proyectos que habían venido avanzando para la explotación y exploración del suelo quindiano con finalidades propias de la gran minería. La comunidad se opone a dichas intenciones, estimuladas por el propio gobierno nacional, al considerar que de esa manera se atentaría contra la riqueza forestal, se empobrecería la tierra y se causarían daños inmensos, de tipo social y económico, a la actividad agrícola y a la industria turística afianzada en los campos, y que en los últimos tiempos representa uno de los renglones de mayor productividad regional.

Por otra parte, sería un contrasentido que mientras la Unesco premió al Quindío y otros departamentos cafeteros al declarar sus entornos como Patrimonio Cultural de la Humanidad, se degradara el paisaje con las ejecuciones de la minería, que resultarían lesivas para la belleza de los cultivos. Esa belleza lleva implícita la preservación de la ecología. Salirse de ese cauce equivale a un atropello contra la naturaleza.

Un caso reciente donde la propia comunidad se opuso a la explotación minera se vio en Santander, respecto al páramo de Santurbán. Este páramo, que abarca más de 60.000 hectáreas en las que se afinca un valioso ecosistema formado por más de 40 lagunas, centenares de riachuelos y densa vegetación centenaria, es al mismo tiempo abundante en oro, plata y otros  minerales. ¿Qué estaba primero: el oro que da riqueza o el agua que da vida? Los santandereanos, con su gobernador a la cabeza (como los escuchamos en forma persistente durante los días del debate), se fueron por el segundo camino y salvaron para la posteridad su tesoro ecológico.

En el Quindío, su gobernador Julio César López Espinosa y la defensora regional del pueblo, Piedad Correal Rubiano, lideraron el movimiento colectivo en que los quindianos rechazaron la invasión de la minería que se veía llegar. Además hicieron acto de presencia los gremios cafetero, ganadero y turístico, la Cámara de Comercio, las organizaciones ambientalistas, indígenas y campesinas, al igual que algunos alcaldes, concejales y diputados. Y le presentaron al presidente Santos el clamor ciudadano para que se detenga el proyecto minero que, siendo propicio para otros lugares, sería funesto para el Quindío.

El mandatario atendió con buen ánimo estas razones de peso. Por encima del afán de lucro se ha impuesto la sensatez ante una medida desestabilizadora para el bienestar de una región tan progresista como es el Quindío.

El Espectador, Bogotá, 25-VIII-2011.
Eje 21, Manizales, 26-VIII-2011.
La Crónica del Quindío, Armenia, 27-VIII-2011.

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Comentarios:

Nosotros en el Tolima también rechazamos ese atentado contra la vida de mucha gente que pretende imponer las transnacionales con el visto bueno de ciertos gobernantes. Afortunadamente el presidente Santos parece distinto a otros. Aquí, en Cajamarca una firma surafricana, la Anglo Gold Ashanty, quiere convertir  parte de nuestra Cordillera Central en un desierto, envenenar las aguas con cianuro, mercurio y algo más. Nos oponemos a ese atentado ecológico que acaba con ríos, quebradas y perjudica, además,  gran parte del plan del Tolima y el Magdalena. Aquí crece el descontento y aumenta la protesta contra la explotación de La Colosa,  ubicada a espaldas del Patrimonio Cultural de la Humanidad declarado por la Unesco. José Antonio Vergel, Ibagué.

Debemos machacarle a ese tema a ver si logramos crear algo de conciencia entre la gente, antes de que lleguen los depredadores extranjeros y nos dejen este país convertido en un desierto. Qué bueno que todos pudieran ver lo que queda del río Dagua en el Valle del Cauca; dan ganas de llorar. Esta columna es un grito de alerta para quindianos y residentes en todos los rincones del país. Pablo Mejía Arango, Manizales.

Muy bien por los quindianos, saben lo que tienen y no lo arriesgan. De los buenos días (correo a El Espectador).

Excelente artículo. Es curioso que aún se pueda hablar de personas con dignidad en esta narco-republiqueta bananera; y más increíble aún que un Presidente les haga caso. Ojalá sea cierto que se va a respetar el ecosistema por encima de los intereses de las multinacionales. JDNA (correo a El Espectador). 

Los quindianos debemos oponernos a la minería en nuestro territorio como si se tratara de la llegada del Apocalipsis, porque eso sería la minería para nuestro pequeño departamento, tan rico y variado en ecosistema como frágil. La naturaleza nos premió con un territorio bello y exuberante en sus paisajes y naturaleza. La misma naturaleza concentró tanto en un territorio tan pequeño con todos los climas, que esto parece increíble. Por eso debemos decirle no a la minería sin titubear. Juanquindío (correo a La Crónica del Quindío). 

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