Inmigrantes en el Quindío
Por: Gustavo Páez Escobar
He de decir, ante todo, que este libro de César Hincapié Silva, que se titula Inmigrantes extranjeros en el desarrollo del Quindío (Editorial Quingráficas), me produjo grata sorpresa. Por varios motivos: por ignorar que el autor tuviera la capacidad de rescatar, con la hondura y la seriedad que lo hace, el pasado quindiano alrededor de las corrientes de extranjeros que se vincularon a su historia; por descubrir una serie de hechos y de personas sobre los que no tenía ningún conocimiento a pesar de mi larga estadía en el Quindío; por el enfoque que hace el autor acerca de esta mezcla de nacionalidades que marcaron un hecho social y forjaron el desarrollo de la región.
Este recuento histórico, avalado por documentos y minucioso análisis, le imprime a la obra gran proyección. Es valioso aporte para el estudio de la idiosincrasia quindiana por los sociólogos, y motivo de inquietud para la gente estudiosa. No pueden interpretarse las raíces históricas de los pueblos sin considerar a quienes alguna vez estuvieron presentes en su desarrollo. Estos actores del pasado son los que investiga Hincapié Silva y los ubica en su exacto sitio histórico.
Al Quindío llegaron, desde los más lejanos confines del planeta, seres errantes en busca de fortuna y buena suerte.
Algunos siguieron rodando hacia otras latitudes, como aventureros de la vida trashumante. Otros compraron una parcela, pusieron un negocio y formaron una familia. Más tarde, miembros activos de una nueva sociedad, fueron empresarios o comerciantes en sus localidades, médicos o abogados, y también gente del común. Muchos, líderes en diversas actividades.
No siempre se advierte que la transformación de los pueblos ocurre por este proceso renovador de personas y de costumbres. A la larga, quienes un día fueron extranjeros son los exponentes genuinos de la comunidad, a través de ellos mismos o algún descendiente. Las familias se cruzan, y de este intercambio de razas y afectos nacen otros estilos de vida y acaso superiores sistemas culturizantes.
Este libro tiene la virtud analítica de volver al pasado para engrandecer el futuro. Por sus páginas desfilan los inmigrantes que un día se asentaron en la tierra quindiana y hoy, en su gran mayoría, son protagonistas del progreso. El autor, que conoce tan bien la esencia de su pueblo, da el punto preciso cuando se trata de valorar y reivindicar.
En excelente prólogo, Luis Eduardo Álvarez Henao anota que «la obra no magnifica ni degrada a familia alguna. No hay zalemas ni adjetivos, no hay bienvenidas ni rechazos, no hay alharacas ni condenas, no hay vocablos de admiración o agravio, no hay voces de lisonja o de censura, existe un recorrido por la encrucijada familiar que nos antecedió, con la pluma del historiador ecléctico que no condiciona el juicio de sus lectores».
Este historiador sorpresivo y sorprendente que es César Hincapié Silva surge en su tierra como un hecho nuevo de la cultura quindiana.
La Crónica del Quindío, Armenia, 25-VIII-1996.