Colombia y el continente
Salpicón
Por: Gustavo Páez Escobar
Este libro de Otto Morales Benítez, el número 49 de su producción, publicado por la Universidad del Quindío, recoge diversos temas que ha ventilado el autor en sesudos ensayos sobre aconteceres políticos y culturales de Colombia y Latinoamérica.
La autoridad que a Morales Benítez le concede el hecho de ser uno de los observadores y estudiosos más conspicuos de la evolución de nuestros pueblos, y que ha llegado con mayor hondura y familiaridad a no pocos caudillos y hombres de letras de las naciones americanas, convierte este volumen en cátedra del pensamiento.
Peregrino de países y culturas diversas, catador de libros, escrutador de personalidades, sus enfoques son densos y certeros. No ha sido un viajero ocioso, de esos que convierten el viaje en simple excursión turística, sino un diletante pertinaz que se consume, como los buceadores, en el alma de lo ignoto.
Como se ha mantenido siempre en plan de estudio e indagación, sus ensayos no descansan en la búsqueda de los temas que lo apasionan. Sobre una misma materia que ha herido su sensibilidad, ha escrito, a lo largo de la vida, diferentes enfoques que no hacen otra cosa que perfilar las ideas para afianzar los conceptos.
Tal, por ejemplo, el caso de Víctor Raúl Haya de la Torre, uno de los líderes de América que mayor asombro y respeto le han causado. La del caudillo aprista es una imagen obsesiva que lo ha cautivado desde sus mocedades. Morales Benítez se ha metido en tal forma en la ideología del luchador demócrata, que lo ha tomado como inspirador de sus propias ideas. A través de no pocos escritos ha estudiado su personalidad.
El ensayo que se divulga en este libro –correspondiente a la lectura que en enero de 1989 realizó en nuestra embajada en Lima– es una penetración más en este modelo social. Sin duda, el escritor colombiano es uno de los mayores intérpretes del líder aprista. Lo mismo que ahonda en la figura de Haya de la Torre, lo hace con otros prohombres del continente. Analiza algunos tópicos de la idiosincrasia americana, pasando la mirada sobre hechos políticos y matices culturales que protagonizan la historia.
América, tierra grande, geografía convulsionada, necesita ojos críticos como los de Morales Benítez para saber entenderla y propiciar su desarrollo.
Hay que felicitar a la Universidad del Quindío, y en forma particular a Henry Valencia Naranjo, su rector, por este logro editorial que no sólo destaca material valioso, sino que evidencia la calidad de las artes gráficas que allí se cultivan. Loable propósito este que persigue estimular la obra de los escritores. Ya son varios los libros que en los últimos meses han salido de la Universidad del Quindío, y otros se hallan en camino. De esta manera, el alma máter de los quindianos demuestra su compromiso con la sociedad y la cultura.
El Espectador, Bogotá, 9-II-1996