Por: Gustavo Páez Escobar
Regreso hoy al Quindío, después de dos años de ausencia, más que por los merecimientos de la literatura, por los caminos del afecto. Aquí está la misma comarca amable que se ha quedado suspensa en el sentimiento, y aquí están los amigos de siempre que hacen más entrañable el retorno. Apenas han variado de la urbe en progreso algunos aspectos externos que la presentan más esbelta, y solo se han movido algunas hojas de calendario para certificar que el tiempo vuela y la amistad perdura.
El resto permanece igual. ¡Qué grato resulta hallar al paso de los días el mismo semblante y el mismo corazón de los pueblos que uno se acostumbró a querer, y qué bello comprobar que ni el alma cambia ni las emociones se marchitan!
Y aquí está el mismo escritor que antaño deambulaba, entre asombros y hallazgos, por estas apacibles calles; que proclamó en esta tierra su fe en los valores del espíritu y lanzó desde Quingráficas su primer libro; que aquí hizo sus primeras armas en el periodismo y recibió, superadas las iniciales tormentas de la escritura, el estímulo de esta ciudad receptiva que contribuía a que el escritor fuera más escritor.
Desde aquellos lejanos inicios hasta el día de hoy muchas cuartillas han sido escritas al filo del tiempo. Fueron primero páginas silenciosas, sudadas en diabólicas noches de persecución de las ideas y disfrutadas en tranquilas alboradas con el milagro de las realizaciones gratificantes. Y luego, a medida que se conquistaban las páginas de los periódicos y el santuario de los libros, se veía cómo se consolidaba, con el afán diario y la lucha sin tregua, el sentido de ser escritor.
A Armenia, que conoció y sigue conociendo mis vigilias y mis lealtades; que entendió el esfuerzo de mi disciplina y no ignoró los primeros pasos del inquieto buceador por los territorios de la creación; que respondió siempre, como amante solícita, a los requiebros y las exaltaciones; a esta Armenia de los milagros y los bruñidos paisajes, que jalona el porvenir al lomo le sus leyendas y al impulso de su raza productora de grandeza; a esta ciudad maternal que acogió al forastero y lo hizo sentir como en su propia casa, vengo hoy a devolverle, en admiración y gratitud, lo mucho que me ha dado en oportunidades.
Queda en Armenia la primera jornada del escritor, que será la más importante por ser la más espontánea y la de mayor emotividad y denuedo. De este arranque dependerá la obra futura. No podrá haber proyección sin haber existido entrega. «Escribe con sangre y aprenderás que la sangre es espíritu”, advirtió Nietzsche. Si algún consejo pudiera darle yo al novel escritor es que no intente serlo si carece de capacidad para el sacrificio; y al viejo escritor le preguntaría con cuánta sangre ha trabajado su producción, para que él mismo se dé la respuesta adecuada.
En esta tierra de escritores y poetas, donde el arte en todos los géneros florece al unísono con los cafetales y con la belleza ambiental, bien está que hagamos un alto en el camino para rendirle pleitesía a la cultura. La verdadera cultura es patrimonio de la provincia, de donde se traslada a los centros y allí no siempre se conserva auténtica. El origen seguirá siendo la provincia, con su acervo de tradiciones y costumbres, sus poemas, sus cuentos, sus leyendas y fantasías, todo lo cual traduce el alma de los pueblos.
El folclor, que es el museo de lo cotidiano, recoge el modo de pensar, de actuar y de querer de una región. La verdadera trascendencia del hombre consiste en descubrirse a sí mismo y ahondar en los secretos de sus antepasados, para transmitirse como ser social a otras generaciones.
Es necesario defender el legado de los pueblos. Hay que explorar y cuidar la provincia como fuente de cultura y depositaria de las raíces que nos atan al propio terruño y la propia raza. Es aquí donde debe dársele énfasis al escritor, el mejor memorialista del tiempo. Destacar los valores de la provincia y las dimensiones de la patria a través de lo terrígeno que llevamos en nosotros mismos, es compromiso social que no puede eludir quien se precie de escritor.
Con humilde alborozo y emocionada sorpresa recibo este homenaje que me ofrece la Gobernación del Quindío, por significar un incentivo para la dura batalla del escritor. De todos los escritores, que yo represento como consecuencia de mi carrera obstinada. Si en algo he contribuido a exaltar la provincia, no puedo esconderme a la respuesta de la tierra en este encuentro vitalizante.
Señor Gobernador, distinguida dama de la cultura regional: vengo con mi esposa y el hijo quindiano, y en representación de las hijas ausentes, a decirles gracias, muchas gracias, por el alto honor que nos dispensan con esta medalla nacida de su generosidad que nos abruma. Gracias por las amables palabras de don Alirio Gallego Valencia, presidente de la Asociación de Escritores del Quindío, que refrendan los vínculos de la amistad y el colegaje. Y mil gracias a esta noble sociedad de amigos, artistas y escritores que nos rodean, por la oportunidad que nos dan de volver sobre las huellas que hemos dejado escritas en el alma del Quindío.
La Patria, Revista Dominial, Manizales, octubre de 1985.
Revista Manizales, N° 534, noviembre de 1985.
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Mensajes:
Aspiro a que una de las primeras felicitaciones, de corazón y de alma, sea la mía por la condecoración que hoy te concedió la Gobernación del Quindío. En tu pecho, tal insignia nos llevará en tu labor literaria por los caminos por donde vayas. Alirio Gallego Valencia, presidente de la Asociación de Escritores del Quindío.
Acepta nuestras congratulaciones por merecido homenaje que te otorga el departamento del Quindío. Tu paso por el Quindío dejó huellas inextinguibles que conservamos con afecto y gratitud. César Hoyos Salazar, Elsa Marina, hijas, Armenia.
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Universidad del Quindío.- Resolución No. 032 del 8 de octubre de 1985.
…La producción literaria del señor Páez Escobar y su vinculación a la cultura regional ameritan un reconocimiento por parte de la Universidad del Quindío y especialmente de sus programas de lingüística y literatura.
Acuerda: Asociarse al homenaje que hoy rinde la Gobernación del Quindío mediante la imposición de la Medalla al Mérito Artístico y Literario 1985. Destacar la obra del señor Gustavo Páez Escobar como un aporte a la narrativa quindiana. Invitar a las juventudes universitarias a conocer su significativa producción y a tomarlo como ejemplo de dedicación intelectual.
Horacio Salazar Montoya, rector, demás miembros del Consejo Académico.
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Registro emocionado y complacido el acierto de la Gobernación del Quindío al condecorar a quien ha cantado y servido a la comarca con tanto brillo y eficiencia. Braulio Botero Londoño, Cali.
La merecida condecoración a su arte literario, orgullo del Quindío y de Colombia, llena de gozo a la familia betlehemita. Berenice Moreno, superiora general, Bogotá.
Páez Escobar concibió la casi totalidad de sus páginas en el medio quindiano, rodeado de las admirables gentes de la comarca y estimulado por un aire de permanente actividad intelectual. En ésta, se ha movido con alegría espiritual y con afán de mejorar sus condiciones de escudriñador de mundos. Y, muchas veces, el Quindío aparece presidiendo, con la totalidad de su riqueza humana y social, las páginas de este escritor. Por favor, continúe exaltando la inteligencia, señor Gobernador, en esta época que otros valores principian a prevalecer. Es justo, además, que un acto de esta naturaleza se realice en torno a un hombre que su vida la ha armonizado en torno de las palabras. Otto Morales Benítez, Bogotá (carta al gobernador Rodrigo Gómez Jaramillo).
Por Euclides Jaramillo Arango supe que esta noche recibirás en Armenia la condecoración que bien ganada tenías por tus innumerables actos de servicio y amor a la tierra quindiana, a su cultura y a su desarrollo. Cuánto me alegra que se reconozca una labor prudente. Gustavo Álvarez Gardeazábal, Tuluá.
A sus muchos aciertos suma la Gobernación la muy justa condecoración al gran humanista Gustavo Páez Escobar, hombre profundamente comprometido con todo lo quindiano. Gustavo Páez siempre prefiere dar a recibir y practica aquello de que no hay excelencia sin exigencia. Como defensor del Quindío ha sido el primero entre los mejores. Horacio Gómez Aristizábal (mensaje al Gobernador).
La Sociedad de Mejoras Públicas mira con mucha complacencia la imposición de la Medalla al Mérito Artístico y Literario a Gustavo Páez Escobar, distinguido ejecutivo y hombre de letras que por muchos años viene vinculado a nuestra comunidad y de lo cual nos enorgullecemos. Fabio Arias Vélez, presidente, demás miembros dela Sociedad
Quiero dejar constancia de mi aprecio por todo lo que valen sus importantes escritos acerca de la exaltación de nuestros valores; su activísimo interés por los problemas del Quindío y su fecunda gestión como gerente del Banco Popular en Armenia. Julia Emma Silva de Buitrago, gerente regional del Sena, Armenia.
No podía el Club de Leones pasar desapercibido el hecho con que el Gobierno Departamental lo distinguió. Sus éxitos en los campos periodístico y literario han trascendido nuestras fronteras y el departamento del Quindío ha sido conocido, en muchas de sus facetas, a través de sus escritos como columnista de uno de los grandes diarios del país. José Gregorio Casas R., Armenia.