Concurso de cuento
Por: Gustavo Páez Escobar
La Gobernación del Quindío ha convocado a un concurso de cuento, el primero que se realiza en esta región del país. Promete ser importante suceso literario, tanto por la organización que se le está dando, como por la calidad de los jurados y la significación de los premios. El escritor necesita en Colombia más estímulo y mayores oportunidades para que su producción no permanezca ignorada y, por el contrarío, cuando tiene mérito, para que sea reconocida y divulgada.
El escritor escondido, anónimo, no debería existir, porque su misión es llegar al público, crear inquietudes en la sociedad y ser, en síntesis, mensajero eficaz de la palabra. El escritor es el memorialista por excelencia de la historia, y como tal debe ser un esteta del pensamiento y el buen decir.
Hay que realzar la importancia de los concursos literarios, muy escasos en nuestro medio, en cuanto ellos se encaminan a buscar nuevos talentos, estimular el arte y en algunos casos conseguir lectores mediante la impresión de las obras. España, país amante de sus tradiciones y que no deja postrar su cultura, conserva un fervor inquebrantable por las expresiones del espíritu. Allí proliferan los concursos para todos los géneros de literatura, con premios halagadores y con el aliciente para el escritor, y desde luego para la cultura –un patrimonio de los pueblos– de no dejar extinguir la llama del pensamiento.
Es el Quindío tierra pródiga no sólo en cosechas cafeteras, sino en leyendas aborígenes, guaquerías, paisajes y escritores. En el pasado sobresalieron nombres de reconocido prestigio nacional, como Baudilio Montoya en la poesía –antioqueño de nacimiento y quindiano por destino–, Jaime Buitrago Cardona en la novela, Antonio Cardona Jaramillo y Eduardo Arias Suárez en el cuento.
En los tiempos actuales subsiste una generación inquieta y perseverante en las disciplinas humanísticas, con nombres de avanzada y con otros que están olvidados al no contar con facilidades para hacerse conocer. Baste señalar la fecunda existencia de Carmelina Soto, voz lírica de entrañables profundidades que escribe en silencio, lejos de afanes exhibicionistas y de los ditirambos de la publicidad, su obra grandiosa, con calidad suficiente para conquistar la gloria.
La Gobernación del Quindío, al organizar este concurso de cuento, cuyo plazo vence el 30 de octubre, entiende su compromiso con la tierra. Ha integrado un jurado excelente: Adel López Gómez, Fanny Buitrago y Manuel Mejía Vallejo. Y ofrece cuatro oportunidades, con premios de $ 40.000, 25.000, 10.000 y una mención honorífica, además de la publicación que hará Colcultura con los cuentos galardonados.
La Patria, Manizales, 23-VIII-1979.
El Espectador, Bogotá, 30-VIII-1979.