Homenaje a Manizales
Por: Gustavo Páez Escobar
Hermoso homenaje rinde a Manizales la Federación Nacional de Cafeteros con ocasión del sesquicentenario cumplido por la ciudad el pasado 12 de octubre. Se trata de la reedición de cinco libros del escritor caldense Otto Morales Benítez, que llevan por títulos Historias económicas del Café y de don Manuel, Testimonio de un pueblo, Colonización en la obra de Ernesto Gutiérrez Arango, Líneas culturales del Gran Caldas y El ensayista Silvio Villegas.
La obra gigante de Morales Benítez abarca diversos asuntos de la historia, las letras y la sociología colombianas y ha dedicado páginas preferentes a su comarca nativa, analizada a través de sus hechos históricos, políticos y literarios y de sus hombres eminentes. Tal vez el escritor de Riosucio es quien más ha escrito sobre su pueblo y sobre la vida regional.
Por consiguiente, vincular su nombre a la efemérides de Manizales significa rendirle a la ciudad justo y apropiado homenaje por medio de estas obras selectas que han recibido alta ponderación de la crítica. Por otra parte, hay que resaltar el tributo que recibe el propio autor al serle reconocido su mérito como egregio personaje caldense, a lo largo de toda una vida consagrada al servicio de las ideas, de su tierra y del progreso nacional.
Doble homenaje, por lo tanto, el que hace la Federación de Cafeteros con la reedición de estos libros en esmerada calidad, y por eso mismo llamados a permanecer en las bibliotecas cultas En las guardas de los cinco libros se recoge el óleo titulado Riosucio, del maestro Gonzalo Díaz, excelente pintura de la patria chica de Morales Benítez, con lo cual el homenaje resulta mucho más extensivo y de entrañable sabor, tanto para el escritor como para su cuna sentimental.
Característica sobresaliente de Morales Benítez es la de dedicar todos sus libros a su esposa Livia. Quizá sea el único escritor que ha mantenido ese rasgo del afecto conyugal durante su larga vida literaria, trátese de la primera salida de un libro o de cualquier reedición. Es tradicional abrir el libro y hallar la indeclinable devoción por su esposa a través de dos palabras que parecen cabalísticas, y que todo lo dicen: “A Livia”. El esposo admirable sabe qui en el amor de su esposa está compendiado todo el amor de la vida.
Otro ingrediente que realza el acontecimiento bibliográfico es la presencia del maestro Vicente Stamato en la preparación editorial y en la diagramación de estos volúmenes. Panamericana, la firma impresora, reafirma su prestigio profesional con el buen gusto y el refinamiento con que ejecuta sus trabajos, que cada vez adquieren mayor resonancia en el país. Esta misma firma editó en diciembre de 1996 el libro El hada Mesulina, de Silvio Villegas, libro de grata recordación.
Manizales, ciudad preclara, tierra de café y de tanto suceso memorable, enaltece su historia, en sus 150 años de vida, con la comunión espiritual de su hijo dilecto, que siempre le ha demostrado irrestricto cariño, y con la adhesión de la industria cafetera, representada por su institución rectora.
La Crónica del Quindío, Armenia, 15-XI-1999