El resurgir del Quindío
Por: Gustavo Páez Escobar
El Gobernador del Quindío y el Alcalde de Armenia, Henry Gómez Tabares y Álvaro Patiño Pulido, acompañados de varios de sus asesores, estuvieron en días pasados en la capital del país adelantando importantes contactos para impulsar proyectos básicos para reactivar la vida del departamento. Desde las campañas políticas que los llevaron a las posiciones que hoy ocupan, los dos funcionarios marchaban unidos en el propósito de trabajar en equipo y con ideas claras para conseguir obras de avance para la región.
Dos meses después de ser elegidos, prueban que lo anunciado no es simple promesa electoral. Con esta asociación de propósitos –que sirve de ejemplo para otras regiones–, es el Quindío y su capital los que salen ganando. Por lo general, los mandatarios seccionales trabajan en forma aislada y a veces egoísta, cuando no en contravía y con rivalidades manifiestas, con lo que retrasan el desarrollo de sus comarcas y terminan frustrando las esperanzas colectivas. Lo que sucede hoy en el Quindío es digno de señalarse como una alianza para el progreso.
No se trata de invadir campos ajenos o disfrazar las responsabilidades, sino de aunar esfuerzos para propiciar mejores resultados. El Quindío, frenado en los últimos tiempos por una serie de antagonismos y menudos apetitos, se ha olvidado, por ejemplo, que en la capital del país cuenta con altos poderes derivados de hijos ilustres de la tierra, de ambos partidos, que facilitarán la consecución de fórmulas que remedien las dificultades actuales.
A eso vinieron el Gobernador y el Alcalde. Se reunieron con figuras notables de su tierra –como los exministros Diego Moreno Jaramillo y Hugo Palacios Mejía; el exgobernador Jaime Lopera Gutiérrez; el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Luis Fernando Ramírez Gómez; los magistrados César Hoyos Salazar y Óscar Jiménez Leal, entre otros-, y el diálogo dejó sobre el tapete ideas positivas para poner en ejecución en el futuro inmediato.
El deterioro económico que sufre la región como consecuencia de la crisis cafetera, es en verdad preocupante. Por fortuna, el quindiano, hombre de fe, de visión y trabajo, no se deja apabullar por los reveses. Hoy, en medio de la peor adversidad económica que ha sufrido la comarca en toda su historia, busca otros caminos para salir del atolladero. Y confía en sus autoridades. Conscientes éstas del reto y animadas por sano regionalismo, buscan los sistemas necesarios para superar la emergencia.
La Crónica del Quindío, Armenia, 21-III-1998.