Credisocial
Salpicón
Por: Gustavo Páez Escobar
Con la Orden Civil al Mérito «José Acevedo y Gómez», que el Concejo de Bogotá otorgó a la Caja de Crédito Social Cooperativo (Credisocial),se exalta la labor productiva, en los 15 años de existencia de esta institución, que se ha caracterizado por su alto espíritu de servicio a la comunidad.
En 1982, tras la crisis económica de la Cooperativa de Pollos Vencedor, nacía en Bogotá una modesta empresa bautizada con el nombre de Cooperativa de Ahorros Vencedor, que luego se convertiría en la actual Credisocial. Al frente de esa operación se encontraba el líder cooperativo Julio Eduardo Castro Rodríguez, alma y nervio de la nueva empresa, y que hoy ocupa en ella el cargo de presidente. Como gerente general ha actuado en los últimos años Jesús Castillo Gutiérrez, experimentado banquero.
La gestión de estos directivos se traduce en hechos elocuentes. En diciembre pasado, tras una lucha denodada dentro de la aguda crisis financiera que vive la nación y que ha traumatizado la vida de los negocios, los activos de Credisocial pasaban de $ 82.000 millones, los depósitos de $ 66.000 millones y los créditos de $ 50.000 millones. Con un total de 37 oficinas y 300 empleados, los planes inmediatos se encaminan a abrir 13 oficinas más en importantes ciudades del país.
Credisocial se ha preocupado, además, por cubrir pequeños sitios donde no existe o hay limitado servicio de la banca tradicional. Es el caso de Nariño –hoy con 10 oficinas–, donde poblaciones como Sandoná, Samaniego, La Unión y Guachucal están favorecidas con la política de descentralización. Los 35.000 clientes con que cuenta la institución, que reciben el nombre de asociados en virtud del espíritu cooperativista, pregonan el avance de la red nacional.
Desde hace varios años ocurre un hecho nuevo que llama la atención y es el del cooperativismo o sector solidario como asociación financiera. Con recursos moderados, pero con creciente empuje, el grupo cooperativo le enseña a la banca grande que se hace más función social multiplicando pocos recursos en muchas manos, que colocando grandes cantidades en pocas personas.
Con esta filosofía, empresas como Credisocial que ha beneficiado a 260.000 familias, estimulan la economía del país al apoyar a pequeños y medianos empresarios, artesanos, asociaciones comunitarias, pequeños comerciantes. Esta irrigación crediticia, al impulsar la microeconomía, genera empleo y contribuye a aligerar uno de los dramas palpitantes del momento actual. Credifundar, dependencia de Credisocial, se encarga de difundir e intensificar la filosofía de la empresa a través de programas de capacitación y acción social que desarrolla en el gremio de las cooperativas y los asociados en general.
Se demuestra así hasta dónde llegan los propósitos de unión y progreso de aquella vacilante Cooperativa de Ahorros Vencedor que 15 años atrás salvaba una quiebra y se lanzaba, con un líder a la cabeza, a la conquista de un mejor futuro.
El Espectador, Bogotá, 12-V-1997.