Antología de Gómez Valderrama
Por: Gustavo Páez Escobar
Jorge Eliécer Ruiz, uno de los amigos más cercanos de Pedro Gómez Valderrama, ha recogido en este libro, publicado por el Instituto Caro y Cuervo, importantes páginas del eminente escritor santandereano fallecido en abril de 1992. Su obra, que logra alta figuración en los géneros del cuento, la novela y el ensayo, arranca en 1938, cuando el escritor tenía 15 años de vida, desde el campo de la poesía.
En este terreno permanece hasta 1946, y de allí en adelante no volverá a escribir más poemas. Dos testimonios aislados de esta cosecha son los libros Norma para lo efímero y Biografía de la campana. Sin embargo, tal vez la característica más acentuada de su producción, sobre todo en los géneros de la novela y el cuento, es el tono poético. Por sus cuentos de misterio, suspenso y erotismo, imbuidos de diablos, brujas y amores hechizados, se desliza auténtica poesía.
La otra raya del tigre, su novela estelar, es un canto poético a la epopeya santandereana de la conquista de tierras. El alemán Geo Von Lengerke, siendo un ser real, se vuelve mito gracias a la fecunda creatividad del novelista. Pedro Gómez Valderrama recorre en esta obra, entre el fragor de las guerras y la frondosidad de la selva, la propia historia de su comarca durante el siglo XIX.
Y demuestra que la poesía es necesaria en la elaboración de la novela. Esto lo conocía muy bien, y así lo manifiesta en una conferencia dictada en 1981 en la Universidad Javeriana: «La poesía es la indiscutible madre de las literaturas, y a través de ella, y por su causa, se llega a otros aspectos, a otros géneros literarios, todos los cuales están contenidos, irremediablemente, en la poesía».
El antólogo le da énfasis a esta circunstancia al volver a los pasos iniciales del escritor y situarlo años después en el ámbito de la revista Mito, al lado de Jorge Gaitán Durán, Eduardo Cote Lemus, Hernando Valencia Goelkel y el propio Jorge Eliécer Ruiz, promotores los cinco del movimiento cultural que giró alrededor de la revista mítica y marcó un hecho memorable en las letras colombianas.
Gómez Valderrama, que también fue político, hombre de Estado y diplomático, tuvo que luchar por el predominio del escritor sobre las tentaciones de la vida pública. No permitió nunca que se frenara, y menos que se ahogara, su vocación literaria, a pesar de agobiantes compromisos que tuvo que asumir en posiciones oficiales. Fue brillante ministro de Gobierno y de Educación, y luego embajador en Rusia y España, cargos que le aportaron grandes experiencias para sus cosechas de escritor.
Su obra, ya decantada por la crítica, ocupa puesto notable en las letras del país. Además, trasciende los linderos patrios. La antología que ofrece Jorge Eliécer Ruiz, de prosa y poesía, es justo homenaje a este creador ilustre.
La Crónica del Quindío, Bogotá, 1-X-1996.
Noticias Culturales, Instituto Caro y Cuervo, N° 66, enero-diciembre/1996.