La borrosa imagen presidencial
Por: Gustavo Páez Escobar
El presidente Samper no ha contado con la suerte de una imagen nítida. La aparición de los narcocasetes en los propios momentos en que se pregonaba su triunfo electoral se convertiría en signo aciago para su administración. Y no ha logrado, a pesar de las acciones contundentes desplegadas contra el cartel de Cali, tener la credibilidad de los colombianos.
El rumor de que su campaña estuvo alimentada por los dineros del narcotráfico no ha cesado de caminar por el país como una sombra persistente.
Ya hemos oído los repetidos mensajes optimistas sobre la reducción a rejas de los principales jefes del cartel y la incautación de valiosos equipos y archivos que antes parecían impenetrables. Nadie ignora estos avances significativos dentro de la lucha contra la corrupción. Existen otros aciertos que también merecen aplauso, y no pueden subestimarse la voluntad y el esfuerzo del mandatario para atacar, todavía sin esperanzas, el flagelo de la guerrilla.
A pesar de que el balance del primer año pueda resultar más positivo que negativo, la imagen presidencial continúa borrosa.
El cheque de los 40 millones aportados por el cartel hace crecer la sombra de sospechas. Son detenidos el tesorero de la campaña y el exministro Fernando Botero, mientras el Presidente se lava las manos con el argumento de que los fondos del narcotráfico ingresaron con desconocimiento suyo. Tal aseveración no convence a nadie.
El porvenir de la nación es incierto cuando no hay fe en la palabra de los gobernantes. Si en los días de la euforia electoral se ofreció que no habría más impuestos, y más tarde el ministro Perry presenta un proyecto de ley donde se planean nuevos tributos disfrazados, hay derecho a desconfiar.
El candidato Samper ofreció que el Banco Popular no sería privatizado. Ya en el gobierno, el instituto se encuentra en venta como fórmula para arbitrar recursos con destino a su ambicioso Salto Social, idea que no logra progresar. Además, y dicho sea de paso, es inaudito que en este banco oficial no se haya dado solución al pliego de peticiones que ha debido comenzar a regir desde el mes de enero.
Es preciso, para salir del ambiente de incertidumbre que hoy se apodera de los colombianos y no deja avanzar al país, que exista claridad en los altos mandos del Estado. De lo contrario, seguiremos en las nebulosas.
La Crónica del Quindío, Armenia, 21-VIII-1995.