35 años de abogacía
Por: Gustavo Páez Escobar
Con ocasión de sus 35 años de ejercicio profesional, Horacio Gómez Aristizábal ha publicado el libro que titula Así actué en 500 procesos. Toda la verdad sobre la abogacía. Es la mirada retrospectiva que hace este hombre consagrado de tiempo completo al campo apasionante del Derecho Penal.
Gómez Aristizábal, que además de abogado es escritor y académico, ha sabido manejar los códigos con sentido humanista. Por eso su oficina en la capital del país es un museo del arte y las humanidades, donde uno se olvida que está tratando con el penalista de los 500 procesos para hallar su mente abierta a las más variadas inquietudes del espíritu.
Un lema suyo que le hace honor es el siguiente: «La solidaridad del penalista es con el hombre, no con el crimen».
En unos trazos autobiográficos que consigna en otro de sus libros relata que desde la edad de 14 años sentía admiración por la figura avasallante de Jorge Eliécer Gaitán. Ese entusiasmo por uno de los penalistas más sobresalientes que ha tenido Colombia determinaría que el mismo adolescente se matriculara en la carrera de las leyes. Y conforme avanzaba en su destino, más crecía su adhesión a las normas que regulan las relaciones sociales e imponen los principios universales de justicia.
Ahora, tras estos 35 años de vivencias, es mucho lo que tiene que transmitir a sus colegas sobre los secretos de una actividad que no siempre camina sobre los mejores terrenos de la ética y la eficiencia profesional. Con la franqueza y el desparpajo que siempre lo han caracterizado, critica deficiencias del foro colombiano y alerta a los 80.000 abogados con que cuenta el país acerca de los rigores que es preciso cumplir para salirse del montón.
En el penalista quindiano existe una faceta admirable y es la de su humor habitual, que suele trasladar a sus escritos.
En medio de las dosis pedagógicas con que Horacio cuenta su vida, el lector se deleitará con una serie de aforismos, chispazos y sabiduría elemental, que le ponen un rostro amable al semblante adusto del abogado contagiado de solemnidades insoportables.
La Crónica del Quindío, Armenia, 9-XI-1992