Los 40 años de la Biblioteca Piloto
Salpicón
Por: Gustavo Páez Escobar
El 22 de octubre de 1952 nació, en virtud de un convenio entre la Unesco y Colombia, la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Su propósito era, y lo sigue siendo, el de servir de modelo para otras bibliotecas del continente, bajo la siguiente norma: Fuerza viva para la educación popular. Ha sido, en efecto, la gran abanderada contra el analfabetismo y la motivadora permanente del interés por los libros y la cultura.
Abierta al público con 10.000 volúmenes, al año siguiente había doblado esta cifra y captado 225.000 lectores. Hoy los títulos pasan de 86.000 y el número de personas atendidas por año se aproxima a dos millones. Otros datos significativos son estos: alrededor de 150.000 libros prestados a domicilio, de 14.000 lectores con carné y de 4.000 consultantes diarios. Es el organismo que tiene el mayor desempeño cultural del país.
Cuenta con sedes en San Antonio, Campo Valdés, Florencia y San Javier La Loma, y además apoya a 60 bibliotecas populares situadas en diferentes sectores de Medellín. En el barrio Florencia, que hace parte de la comuna noroccidental, funciona, en dos vagones estacionados allí hace varios años, la biblioteca bautizada Tren de Papel Carlos Castro Saavedra, provista de 3.000 libros para atender la demanda de la juventud de los alrededores, donde residen 800 usuarios con carné.
Otro programa novedoso es el de las cajas viajeras, las que repletas de libros se desplazan en forma constante por toda la región antioqueña y en cada sitio se demoran dos y tres meses. Estas bibliotecas comenzaron a funcionar en un silletero, o sea, a lomo de una de las tradiciones más queridas del pueblo paisa. Los lectores de estos libros rodantes pasan de 175.000. Este servicio demuestra con creces hasta qué punto cumple el libro su función de penetración en los sectores más marginados de la población.
La sede principal es un hervidero crepitante de cultura. Funcionan 39 talleres de escritores, de poetas, de literatura, de danzas, de teatro, de música, de pintura. El salón de conferencias es una cátedra del pensamiento, que registra el récord de 120 intervenciones anuales, y allí se alternan la presentación de libros, los recitales poéticos, los seminarios, las exposiciones de pintura, los conciertos. La sala general de lectura dispone de 800 puestos para usuarios. La Sala Antioquia, fundada en 1985, recoge el patrimonio bibliográfico y toda clase de información regional, como eto para otros departamentos.
La Biblioteca ha tenido seis directores: Julio César Arroyave Calle, Rafael López Ruiz, Darío Alberto Restrepo Gallego, Alejandro González Jaramillo, Juan Luis Mejía Arango y Gloria Inés Palomino Londoño. Todos han cumplido excelentes tareas por el engrandecimiento institucional y han sorteado grandes temporales económicos. Gloria Inés, trabajadora infatigable –que se casó con los libros– dirige la entidad desde 1983 y lleva 17 años de servicios en la empresa.
A Gloria Inés Palomino Londoño le correspondió convertir este año la Biblioteca en establecimiento público del orden nacional, dependiente del Ministerio de Educación. La Cámara Colombiana del Libro quiso tributarle un homenaje nacional que ella, con su modestia característica, declinó.
Y pidió que el homenaje se le rindiera a la entidad al cumplir sus 40 años de vida. La ocasión no puede ser más propicia para destacar, en esta fiesta cultural de los antioqueños, la labor ejemplar de esta mujer discreta y laboriosa que sobresale en el país como ejecutiva envidiable.
El Espectador, Bogotá, 24-X-1992
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Misiva:
En nombre de la Biblioteca Pública Piloto quiero presentarte nuestro más cordial agradecimiento por ese más que gentil artículo en tu columna Salpicón del 24 de octubre, sobre la celebración de los 40 años de esta entidad. Puedo afirmarte que la Biblioteca ha querido realizar siempre una labor callada pero fecunda, labor cuyos resultados, sin embargo, no podrían ser los mismos sin la divulgación que de ellos hacen los medios, a través de periodistas tan atentos a los hechos como tú.
Te agradezco además esas excesivas palabras sobre mis supuestas cualidades (al final del artículo), porque bien sabes que más que por un esfuerzo personal, el lugar que ha venido a ocupar la Piloto en la cultura antioqueña y colombiana es el producto de un trabajo colectivo, no sólo de sus empleados sino de todos nuestros usuarios y amigos. Gloria Inés Palomino Londoño, directora.