Becas disfrazadas
Por: Gustavo Páez Escobar
De acuerdo con investigación adelantada por el periódico El Tiempo (6-IV-92), en el Quindío se entregaron por conducto del Icetex auxilios oficiales por cerca de 135 millones de pesos con la finalidad de pagar becas estudiantiles canalizadas a través de parlamentarios de la región.
Sobre este caso comentaba Plinio Apuleyo Mendoza en El Tiempo: «Este dinero no va, realmente, sino en mínima parte a los beneficiarios de becas. Estos reciben cualquier cosa y lo demás queda en manos de sedes políticas disfrazadas de fundaciones».
Corroborando lo anterior, dos estudiantes del municipio de Circasia, Nelly Franco y Luz Miriam Hernández, declararon que de los auxilios girados a ellas ($256.000 y $164.000) apenas recibieron $30.000 y S40.000, o sea, el 12% y el 24% de lo que ha debido entregárseles. Manifiestan que la diferencia tuvieron que dejarla para financiar la campaña electoral de Izquierda Liberal, dirigida por el senador Rogelio González Ceballos y por el actual gobernador del Quindío, Mario Gómez Ramírez.
Se calcula que alrededor del 70% de estos auxilios quedó en poder de las sedes políticas. En el caso de Izquierda Liberal, que gestionó 230 becas por cerca de sesenta millones de pesos, $42 millones habrían ido a la casa política y sólo $18 millones a los estudiantes favorecidos.
En total se giraron al Quindío 400 becas gestionadas por este movimiento político. Por consiguiente, nadie está exento de culpa. Este era el estilo que se usaba en el país con los auxilios parlamentarios y que ahora, según la nueva Constitución, será corregido para depurar la moral pública. Ojalá así suceda y no se acuda a otros esguinces para torcer la sana intención de las normas y en este caso sacar tajada de los auxilios destinados a ayudar a estudiantes pobres.
Un concejal del departamento manifiesta que «la corrupción con las becas se viene presentando hace muchos años en el Quindío y otros departamentos del país”. Ese es el país –el de las mañas y los disfraces– que debe quedar atrás para que Colombia recupere el recto camino que dejó perder.
La Crónica del Quindío, Armenia, 27-IV-1992.