Colombianistas norteamericanos
Salpicón
Por: Gustavo Páez Escobar
Acaba do realizarse en Ibagué, entre el 11 y el 15 de agosto, el VII congreso de la Asociación de Colombianistas Norteamericanos, bajo la presidencia de Seymour Menton, experto en literatura colombiana. Es admirable el sentido de exactitud y altura que imprimen a estos encuentros los amigos norteamericanos que a partir de 1984 promueven grandes debates sobre nuestras letras, unas veces en Colombia y otras en Estados Unidos.
La cita de Ibagué constituyó completo éxito. Su organización comenzó al día siguiente de concluido el foro anterior, y aquí se demuestra el criterio de planeación con que se han dirigido estas reuniones. El comité organizador de Ibagué estuvo conformado por Carlos Orlando Pardo, su director ejecutivo; Augusto Trujillo Muñoz, presidente de la Cámara de Comercio; Andrés Rocha Bermúdez, rector de la Universidad del Tolima; Mario Echeverry Trujillo, director del Sena; Polidoro Villa Hernández, gerente del Banco de la República, y Carmen Inés Cruz, rectora de Coruniversitaria. Como enlace nacional actuó Otto Morales Benítez, uno de los principales animadores de estos encuentros.
Es importante señalar que entre los profesores visitantes también asistieron varios colombianos que se destacan en aquel país en la actividad universitaria, como Carmenza Kline, Lucía Ortiz, Isabel Rodríguez y Ramiro Lagos. Me comentaba Carmenza Kline, catedrática de James Madison University –y de origen cundiboyacense– que la literatura colombiana despierta interés en las universidades norteamericanas, y que ellas mismas –nuestras compatriotas– no abarcan la evolución que aquí se presenta en los diversos campos de las humanidades.
El tema central de la reunión fue el del regionalismo cultural, y esto permitió hacer una radiografía de las letras colombianas dentro de sus variadas vertientes geográficas. El profesor Kurt Levy, gran amigos de Colombia y experto en Tomás Carrasquilla, disertó sobre el regionalismo antioqueño. Eduardo Pachón Padilla habló sobre «El cuento de la Costa». Álvaro Pineda Botero hizo un estudio sobre «La novela autoconsciente en Colombia». Otto Morales Benítez preparó un ensayo sobre Darío Echandía. La variedad de los temas dará lugar a un valioso documento sobre nuestra realidad literaria de ayer y de hoy.
Se rindió homenaje a Germán Pardo García, nuestro gran poeta residente en Méjico. James J. Alstrum, de Illinois State University, tituló su ponencia «Germán Pardo García y el olvidado arte de escribir sonetos». James Robb, de George Washington University, disertó sobre «Los ángeles y los astronautas» en la obra pardogarciana. El trabajo mío giró sobre Biografía de una angustia, libro que terminé este año sobre el poeta del cosmos, hoy al borde de la tumba en su destierro mejicano.
A Ibagué fuimos en pos de nuestras identidades literarias. Y descubrimos una ciudad con ambiente cultural y adecuada estructura para esta clase de eventos, alrededor del cual se reunió considerable número de profesores universitarios –de Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico y Colombia–, escritores, académicos y en general personas amantes de las letras. Tuvimos ocasión, además, de aplaudir las actuaciones de las Danzas de Ingrumá y del Conservatorio del Tolima, entidades que pusieron en alto el folclor y el arte musical de la patria.
El Espectador, Bogotá, 26-VIII-1991