Inicio > Temas literarios > Rincón del libro (3)

Rincón del libro (3)

jueves, 10 de noviembre de 2011

Salpicón

Por: Gustavo Páez Escobar

Estampas

Ensayos de Vicente Landínez Castro. Ha llegado el autor a la serena cumbre de la maestría idiomática. Este estilista boyacense es discípulo aprovechado de ese otro gran escritor del mismo departamento, Eduardo Torres Quintero. Encuentro ahora en Estam­pas que su manera de pensar y de escribir coincide con el estilo de su maestro. La prosa de Vicente es cere­bral, melodiosa, llena de movimiento y gracia. Posee otro atributo: la originalidad. No necesita descubrir nada, pero a todo le pone el color de la emoción, y es­te es un gran descubrimiento. Huye de los lugares comu­nes y arma sus escrutinios con novedad y lozanía.

Maravilloso acopio de ensayos el que ahora entrega la Academia Boyacense de Historia, editora del li­bro. Vicente exalta en su obra los valores boyacenses, define el paisaje de la tierra, retrata el alma de los personajes. Su libro es una permanente sinfonía. Hay un profundo tratado sobre el arte de escribir biografías. El lenguaje, el ritmo, la claridad, las ideas, todo ha­ce de esta obra un placer para el espíritu.

De puerta en puerta

Poemario de Hugo Cuevas-Mohr, residente en Cali. El autor es hombre de negocios. Este es, que yo sepa, su primer libro. Me ha sorprendido esta aparición poética por varios motivos. Su mensaje es sensible, armonioso, lleno de imágenes y sugerencias. La poesía moderna ha perdido la emoción. Ya hasta el soneto –la belleza que debe buscar todo poeta– poco se usa. Se prefiere el verso libre, el que por sí solo no es descartable, pero se trata en la mayoría de los casos de producciones sin ritmo, entrecortadas, sin grandeza, sin contenido. Sobre este libro de Cuevas dice Enrique Medina Flórez, el pro­loguista: «Está bien estructurado, tiene un hálito de intimidad lírica real».

La factura de la obra es original. El diseño grá­fico, excelente. Puertas entreabiertas, en el recorri­do del libro, hechas con papel y arte, parecen de verdad. Cada puerta se abre para brindarle al lector ternura y pesares. Y son sugestivas: la puerta de la calle, la puerta del silencio, la puerta del amor, la puerta de la magia, la puerta del lector. En el túnel del amor, el poeta dice: «Era mi casa de puertas y ventanas cerra­das, de bosque en silencio, de árboles y miedo, pasajes claroscuros de calma y dolor». (Lluvia Editores, aparta­do 10488, Cali).

Los amores de Piringo

Tercer libro de provincia que hoy destaco. El escritor e historiador Guillermo Vargas Villamizar, nortesantandereano, es autor de cinco títulos. Tal vez po­cas personas, fuera del propio terruño cucuteño, conocen su producción. Esa es la triste realidad del libro de provincia: no salir de un círculo estrecho. Es la suerte del libro colombiano en general. Esta falta de difusión y estímulo, tanto de las rotati­vas oficiales como de las casas editoras particulares, frena la carrera del escritor.

Vargas Villamizar se ha dedicado en sus últimas en­tregas a contar la historia dentro del marco de la novela. Ya van tres novelas basadas en hechos históri­cos, y en ellas ha logrado estructurar con buena for­tuna la personalidad de los personajes. En la última, que aquí se reseña, saca del terremoto de Cúcuta hechos y actores que hicieron la historia. Maneja con acierto la ficción para encarnar seres reales. Dándoles vida, rescata episodios de la fosa del olvido. (Corporación Educativa del Oriente, avenida 4a. No. 15-88, Cúcuta).

El Espectador, Bogotá, 21-VIII-1990.

El yajé

Al magistrado y escritor Óscar Londoño Pineda debo la lectura de este pequeño libro de cuentos, El yajé, cuyo autor es Germán Cardona Cruz, muerto hace varios años. Renombrado profesor de literatura que se quedó como mito en la historia de Tuluá. Jamás publicó li­bro alguno. Escribía cuentos para su propio deleite, y solía leerlos a sus alumnos sin ningún alarde de maes­tro. Un día tomó sus bártulos y se marchó a las selvas del Caquetá. Allí escribió una serie de narraciones so­bre los embrujos y los misterios indígenas, algunas de las cuales logró recoger Enrique Uribe White en su revista Pan.

Cuando Cardona Cruz se hallaba próximo a la muerte, llamó a sus amigos y en presencia de ellos entregó al fuego sus papeles literarios. Por fortuna su esposa, Emma Perdomo, salvó de la hoguera los cuentos que ahora ponen en circulación los tulueños en el libro que aquí comento. Estos relatos saben a manigua. En El empaujilao, anota: «…Y ese verde perenne, som­brío, opaco, es como un reactivo permanente que aviva el sabor de una tragedia deleitosa y fantástica, que llena el espíritu de emociones absurdas».

Es oportuno aplaudir, como corolario de este suceso regional, el entusiasmo con que un grupo de tulueños la­bora hoy la literatura de su tierra, impulsados por Omar Ortiz alrededor de la revista Nueva Luna.

Edad sin tiempo

Rogelio Echavarría nació poeta. Testimonio de ello es su poemario germinal Edad sin tiempo, que publica en 1948, cuando apenas cuenta 22 años de edad. Ahora lo reedita Arango Editores. En estos cantos iniciales se ad­vierte, de manera inequívoca, hondo lirismo amoroso, desprovisto de vanas retóricas e imbuido de autentici­dad, que luego se refrendaría en El transeúnte (escrito entre 1945 y 1952). En el libro que reseño me llama la atención, en forma sorprendente, el comentario de José Constante Bolaño en 1948, cuando advierte con tono profético: «Edad sin tiempo sitúa ya al autor, a su corta edad cronológica, entre los más logrados líricos de la última generación poética en Colombia».

Rogelio Echavarría es hoy, a sus 64 años de edad, uno de los poetas más reconocidos de la literatura colombia­na. No ha necesitado escribir muchos libros para llegar a esta cumbre lírica. Es un «economista del lenguaje», como lo definió hace muchos años Ebel Botero. (A pro­pósito: ¿qué se ha hecho Ebel Botero?). Y además, maes­tro de la «autenticidad de la palabra», otra ponderación que le hace Fernando Mejía Mejía.

Un viaje a Europa en primavera

Rodolfo Barajas, oriundo de Málaga (Santander), no ha publicado libros. Pero los ha escrito. Ha sido lector de literatura y temas diversos, y esto le ha permitido adiestrar la pluma del escritor; que lo es, en efecto, como lo noto por esta crónica que regala a sus amigos, en circulación cerrada, como resultado de su viaje suyo a Europa. Viaje en primavera, que hace avivar las luces del atardecer.

Rodolfo Barajas muestra en su trabajo naturalidad y gracia al narrar su aventura viajera. Sabe pintar am­bientes y paisajes. En Amsterdam visitó, como buen lati­noamericano, la Calle del Pecado, y de ella extrae esta escena: «Las envitrinadas generalmente están desnudas o vistiendo diminutas prendas transparentes que resaltan su lamentable estado físico o decrepitud otoñal y que lejos de producir excitación despiertan un sentimiento no definido de pesar o repugnancia, y la incontenible determinación de no tocarlas…»

El autor de la obra, hoy en uso de buen retiro de la vida laboral, dedica buena parte de su tiempo a leer y escribir. Formidable ejemplo para quienes no saben cómo llenar los días del otoño.

E. E., 8-X-1990

Bernardo Arias Trujillo: el drama del talento cautivo

El escritor caldense Jaime Mejía Duque analiza en este ensayo cuatro libros de otro escritor eminente de su tierra: Bernardo Arias Trujillo. Tales libros son: Por los caminos de Sodoma, En carne viva, Risaralda y Diccionario de emociones. Es propósito del ensayista demostrar lo que él denomina «frustración del talento sofocado por ciertos mitos personales». Arias Trujillo, vida relámpago de sólo 34 años, se suicidó el 4 de marzo de 1938, ahogado por sus conflictos. Tanto su exis­tencia como su obra quedaron inconclusas. Los cuatro li­bros en mención fueron producidos, con temperatura deli­rante, apenas pocos años antes de su muerte. El ojo cri­tico de Mejía Duque penetra en este itinerario creativo y presenta interesantes revelaciones sobre la caótica personalidad del escritor de Manzanares, cuya obra con­tiene valiosos enfoques sociales. (Editorial Papiro, Manizales).

La especulación iusfilosófica en Grecia antigua

El notario tercero de Bogotá, Hernán A. Ortiz Rivas, ha escrito este libro para dilucidar los conceptos de justicia y de ley desde Homero hasta Platón. Con esta inmersión en la cultura helénica, el autor, que es profe­sor universitario de Filosofía del Derecho, demuestra am­plio conocimiento sobre el proceso histórico de los temas que trata, como bases de la civilización. (Editorial Temis).

Notas para una historia del Liberalismo en Caldas

La Biblioteca de Escritores Caldenses entrega otro li­bro, esta vez de Bonel Patiño Noreña, autor de estos títulos: Textos elementales (1982) y Mito y realidad en la colonización antioqueña (1989. El pre­sente trabajo representa una investigación seria sobre la trayectoria del Liberalismo en la tierra caldense y entra a enriquecer el acervo cultural que los estudiosos han entregado a la comarca nativa. El ensayo resultó ganador de un concurso promovido por la Fundación Popular y la Escuela de Estudios Políticos y Sociales, de Manizales.

La inmigración alemana al Estado Sobe­rano de Santander en ex siglo XIX

Horacio Rodríguez Plata, oriundo de Socorro y falle­cido en Bogotá el mes de agosto de 1987, fue  fecundo historiador que a lo largo de su vida de estudio dejó obra ponderada, sobre todo dirigida a hechos históricos de su comarca nativa. Ahora la Gobernación de Santander reedita esta obra que había visto la luz ha­ce varios años, al comienzo de la cual aparece esta cons­tancia del autor: «Rindo tributo de admiración a un deno­dado grupo de inmigrantes alemanes y en especial a Geo von Lengerke, cuya obra contribuyó extraordinariamente al progreso del pueblo santandereano y a la transforma­ción de sus costumbres». Este personaje de leyenda , el alemán Geo von Lengerke, toca las fronteras del mito y se quedó en la tierra santandereana como pilar de un pro­ceso histórico. Pedro Gómez Valderrama escribió sobre él la vigorosa novela La otra raya del tigre. Y Rodrí­guez Plata, con la linterna del historiador, precisa en su ensayo las dimensiones de aquella hazaña.

E. E., 18-XII-1990

Papeles y razones

Trece escritores del Quindío reúnen trabajos literarios, tanto en prosa como en verso, en este libro financiado con recursos propios de los autores, en demostración de independencia frente al desinterés oficial y privado hacia la cultura regional. Esfuerzo colectivo que vale la pena aplaudir. Estos escritores hacen parte del Taller Literario del Quindío, entidad dedicada a alentar y formar vocaciones en esta tierra de conocidos antecedentes culturales. (Publicaciones Literarias Kanora).

A la sombra del ángel

La Biblioteca Pública Piloto de Medellín, dirigida por Gloria Inés Palomino, cumple ponderada labor en la difu­sión del libro colombiano. Ahora nos entrega, con el apoyo de Colcultura, este poemario de Darío Ruiz Gómez, poeta, cuentista, novelista y profesor universitario, cu­ya obra intelectual alcanza nota destacada en el pano­rama cultural del país, con cerca de diez libros publica­dos. Es, además, critico literario, terreno en el que ha sobresalido con densos ensayos.

Derrumbe moral

Horacio Gómez Aristizábal, crítico de los desajustes morales del país, reúne en este libro varios textos sobre la descomposición de las costumbres y los vicios crónicos del pueblo colombiano. En cual­quier parte por donde se abra el libro se hallarán enjuiciamientos sociales, como éste sobre los niños genocidas: «El 40% de los niños proviene de familias destruidas, de ambientes pervertidos, degenerados, prostíbulos, casas de lenocinio, inquilinatos en que imperan el hacinamiento, la suciedad y la deprava­ción». (Editorial Milla Batres).

Teatro colombiano

Juan Zapata Olivella presenta en este volumen dos obras de teatro: El grito de Cartagena de Indias y La bruja de Pontezuela, esta última montada en el Teatro Colón de Bogotá y en varios países de Amé­rica, como Guatemala, Méjico y Uruguay. Los episodios que concluyeron en la independencia de Cartagena y que escribieron para la historia colombiana páginas de audacia y valentía, renacen en la pluma vigorosa del escritor bolivarense que acredita brillante carrera en diversos géneros literarios. (Lito Susa Edi­tores).

Ventanas al nirvana

Humberto Senegal (seudónimo de Humberto Jaramillo Restrepo) es gran promotor de la cultura quindiana. Con su esposa Gloria Inés dirige en Calarcá la revis­ta Kanora, que registra un itinerario de lucha audaz por el rescate de los valores culturales de la región. Senegal, que adoptó el seudónimo para diferen­ciarse de Humberto Jaramillo Ángel, su padre, es una in­teligencia inquieta que ha despertado interés por sus ideas novedosas y su producción en ascenso. Poeta y cuen­tista, su voz rebelde se ha hecho escuchar en diversos escenarios de la cultura y hoy consolida mé­ritos para conquistar nuevos peldaños en su carrera. Este libro de poesía muestra, como los anterio­res del mismo género, su peculiar estilo de cantarle a la vida en breves píldoras de dolor y ensueño, como ésta: «No muevas la rama, jilguero. Creerá la hormiga que no cesa la lluvia». (Publicación de Cámara de Representantes).

E. E., 23-I-1991

* * *

Misiva:

Querido escritor: Compartimos esta alegría con usted, que ha sabido, primero que otros, valorar la literatura de nuestro departamento. Un abrazo y muchas gracias por las referencias a nuestro trabajo en su columna que muchos seguimos con asiduidad aquí en el Quindío. Humberto Senegal, Calarcá.

Comentarios cerrados.