Un liderazgo universitario
Salpicón
Por: Gustavo Páez Escobar
La designación que ha hecho la Unión de Universidades de América Latina en el doctor Jorge Enrique Molina Mariño para ocupar la vicepresidencia de dicho organismo, constituye para nuestro país alto honor por tratarse de la entidad universitaria más antigua del mundo, y la más respetable de los países latinoamericanos, con 40 años de existencia. El galardonado, actual rector de la Universidad Central y que además fue su cofundador en el año de 1966, es un luchador tesonero de la educación colombiana, a la cual le sirve con absoluta entrega, con grandeza de espíritu y con elocuentes realizaciones.
Ha consolidado, a lo largo de los años, el liderazgo que hoy tiene conquistado en defensa de las nobles causas del hombre. Abogado del Externado de Colombia, especializado en derecho laboral en la Universidad Nacional, con un posgrado obtenido en París en derecho público y otro en Estocolmo en economía cooperativa, el doctor Molina Mariño se ha preparado para los retos y las responsabilidades. Nada lo ha tomado de sorpresa, porque antes estructuró la mente en las disciplinas del saber y la ética.
En el campo universitario se inició como profesor de las Universidades Nacional y Externado de Colombia; luego fue miembro de varios comités; más tarde ocupó la vicepresidencia de la Asociación Colombiana de Universidades, y finalmente fue elegido presidente de la misma institución y del Consejo Nacional de Rectores. En dos períodos ha ocupado la rectoría de la Universidad Central, con un total de 18 años de servicios, lo que representa una prueba de resistencia y de idoneidad.
Ha obtenido numerosos títulos y distinciones, tanto de Colombia como del exterior. Ha pertenecido, y pertenece, a organismos tan prominentes como la Sociedad Bolivariana de Colombia, Procultura, Instituto Colombiano de Estudios Latinoamericanos, Consejo Mundial de la Paz, Comité Permanente de los Derechos Humanos, Sociedad Iberoamericana de Periodismo, Confederación Colombiana del Deporte, Club de Abogados de Bogotá (actual vicepresidente), Sociedad Económica de Amigos del País, Federación Colombiana de Ajedrez (actual presidente), Sociedad Francisco de Paula Santander, Academia de Historia de Santander. En fin, la lista es prolija y sólo se pretende dar una idea de este hombre múltiple que a todo y a todos se dispensa con vigor y dedicación, y que deja, en cuanta responsabilidad adquiere, vestigios de su productividad asombrosa.
No se sabe de dónde saca tiempo para responder a tal gama de compromisos. Lo que sí conoce el país, y sobre todo quienes seguimos de cerca sus ejecuciones, es su amor por Colombia, por su cultura, por la libertad, por la dignidad del hombre. Con esos postulados ha conseguido conjugar campos tan variados como el de la educación universitaria, las contiendas del ajedrez y el deporte, las solemnidades de las academias y los desdoblamientos de los salones sociales.
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Otra faceta suya destacable es su apoyo a los escritores colombianos. La Universidad Central es tal vez la institución que más estimula la cultura nacional, con ediciones de libros, foros y conferencias. Es un hervidero intelectual. Una fábrica de cultura.
El nombramiento que se celebra en esta nota no hace sino refrendar el liderazgo bien ganado que ocupa el doctor Jorge Enrique Molina Mariño. Esto, sin duda, será motivo de complacencia general y ojalá se convierta en estímulo para que otros colombianos se superen en el servicio a las causas nobles.
El Espectador, Bogotá, 20-VII-1989.