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No más versos

lunes, 17 de octubre de 2011

Por: Gustavo Páez Escobar

El doctor Virgilio Barco, aspirante a la Presidencia de la República, hace a los liberales de Antioquia unas cuantas reflexiones sobre el estado actual del país y exclama, parodiando al general Rafael Uribe Uribe: ¡No más versos, por favor!

Fueron estas las palabras que en 1907 dirigió el general Uribe a un grupo de jóvenes de Manizales que le solicitaban su colaboración para una revista literaria que acababan de fundar. Les encarecía además que se asomaran a los campos y comprobaran si el arado hacía progresar la tierra, y se acer­caran a la pobre mesa del pueblo para compartir la tristeza, y asumieran una actitud defensiva del hombre para luego enaltecer la existencia y justificar el sentido de ser inte­lectuales.

No podía el general Uribe Uribe rechazar la poesía, en sí misma, sino que primero reclamaba de aquellos jóvenes aspirantes a poetas el con­tacto real con la dimensión del hombre. No les pedía que cambiaran las musas por el azadón, ni las páginas de la revista por el almácigo inaccesible, ni la estética por el campo desolado. Les recomendaba, sí, que antes de escribir versos, como tanto poetastro errátil, aprendieran a leer a Colombia y traducir al hombre.

Uribe Uribe, el guerrero, el político, el parlamentario, el orador, también era poeta. Su espada estaba salpicada de humanismo. Pocos ejemplos hay que puedan asimilarse a su contex­tura humana e intelectual. Periodista y escritor, militar y caudillo, acadé­mico y jurisconsulto, ¿cuántos go­bernantes reúnen tantas condiciones?

Cuando se quiera encontrar en nuestra historia al hombre integral, por fuerza hay que mirar a Bolívar, a Nariño, a Santander, a Núñez… Y en esta pléyade estará siempre Uribe Uribe. La elocuencia oratoria —política y filosófica— tiene en nuestro país destelles luminosos: Laureano Gómez, Jorge Eliécer Gaitán, Gabriel Turbay, Carlos Arango Vélez… En esta nómina preclara sobresale Rafael Uribe Uribe.

Lo que él buscaba era comprometer a los intelectuales con la suerte de Colombia. Él, que había traducido de Camoens el poema En la muerte de Nathercia, no podía ser antipoeta. Si al decir de Marco Fidel Suárez fue erudito académico y polígrafo fecundo, su vocación era nítida. «Exponente de la cultura humana» lo define Carlos Lozano y Lozano.

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Nunca la poesía le sobra al país. Por el contrario, hay que estimularla. El Imperio romano se montó sobre pirámides de cultura. Grecia, sin sus artistas y sus poetas, no habría al­canzado el grado de civilización que le legó a la humanidad. «Si el mundo anda es porque la poesía lo ha puesto a caminar», señala Ramiro de la Espriella a propósito del mensaje que el Senado de la República le acaba de transmitir al país al reunirse para escuchar la voz inspirada de Eduardo Carranza.

El mundo moderno, dado a los tecnicismos y la crueldad de la ci­bernética, ha descuidado el huma­nismo. La empresa es hoy una máquina de amasar cifras. El hombre, en ella, es un ser disminuido, insignificante, triturado por las ga­rras de las computadoras.

Estamos en pleno apogeo del hombre máquina, donde la sensibilidad humana se vo­latiliza para engendrar asombrosas pero desnaturalizadas tecnologías. Quizás algún día el hombre se rebele contra los desvíos de su ciencia, al comprender que se ha convertido en simple procesadora de datos.

La poesía, maestro Carranza, es la que permite hallarle el sentido a la vida. Usted, con ella, descubrió al hombre y saboreó la patria. Sin poesía no podemos respirar. Hacer versos, como los aspirantes de Ma­nizales, no significa  vivir en las estrellas. El general Uribe Uribe también hubiera con­currido al Senado de la República, en esta época desflecada, a percibir el aleteo de la patria en la inspiración de Carranza.

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Tampoco el doctor Barco quiere desterrar a los poetas. Sólo que sus palabras se prestan para confusiones. Ante la deshumanización de la era actual, donde los fierros de una máquina se han vuelto más impor­tantes que el hombre, provoca pedir: ¡Más versos, por favor!…

El Espectador, Bogotá, 23-VII-1984.

 

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