El reto de “Agrupar”
Por: Gustavo Páez Escobar
Conforme se aproxima la fecha de instalación del nuevo Concejo, aumenta la expectativa sobre el desempeño que habrá de tener el movimiento cívico conocido con el nombre de Agrupar. Su futuro, que es incierto, depende de la habilidad con que actúe frente a los problemas locales. La gente votó por ese grupo convencida de que así rompía con los vicios de una comunidad atada a los caprichos de los políticos.
Armenia necesita pensar en grande y, para hacerlo, ha de enderezar esfuerzos hacia la obtención de obras de desarrollo. Se ha dejado pasar mucho tiempo improductivo sin ninguna planeación eficaz. En lugar de impulsar el urbanismo con obras de significación, los políticos viven trenzados en discusiones atrofiantes que desembocan en menudos afanes burocráticos.
En cambio, no se ve, por ejemplo, ningún interés por dotar a la ciudad de vías amplias. Armenia ya no cabe en sus actuales linderos. La carrera 19, que se proyectó sin mayor visión, será una solución a medias. El urbanismo necesita mayor agresividad para que sea generador de progreso.
Hemos visto que Armenia está marginada de una participación importante en los recursos del Fondo de Desarrollo Urbano. Mientras otras ciudades se han beneficiado de partidas vigorosas para adelantar planes de significación, la nuestra ha conseguido apenas cuotas que pueden considerarse irrisorias. Y no ha podido administrar siquiera esas escasas contribuciones. La deuda está vencida hace tres años y recargada, por falta de cumplimiento, con fuertes intereses.
Agrupar deberá compenetrarse de la necesidad del cambio. Con esa idea del cambio consiguió muchos votos, más de los buscados y de los presentidos. Como alianza neutral tiene la ventaja de volverse decisiva si sabe enfocar con acierto su acción. Sin ser un grupo partidista, su sentido es político, y no de otra manera se entiende el servicio a la comunidad en su exacto significado. Manifiesta que no va detrás de puestos, pero como fuerza que es de la ciudad debe estar representada en la administración.
Agrupar se prepara en buena forma para el futuro que ya se le vino encima. Se impuso sus propios estatutos, su propia disciplina, y cuenta con asesores expertos que conciben los pasos necesarios para el desempeño acertado. Las personas ungidas con el voto popular: Fidel Botero Vallejo, Doloritas Jaramillo de Jaramillo y Henry Pineda Rodríguez, para el Concejo, y Alberto Gómez Mejía, para la Asamblea, representan un cuadro equilibrado para el manejo de una estrategia nada fácil. Son voluntades comprometidas con los problemas de su ciudad, que los conocen a fondo y que además tienen penetración en todos los sectores.
El reto es grande. Del resultado de esa gestión, que el público espera con ansiedad, dependerá que el electorado aumente, como cabe esperarlo. Ojalá que no suceda lo contrario, ya que la ciudad no puede seguir bailando en la cuerda floja y viviendo de frustraciones.
La Patria, Manizales, 14-IX-1980.