Hagamos periodismo
Por: Gustavo Páez Escobar
Cuando Hugo Palacios Mejía me invitó a colaborar con esta separata de La Patria que él dirige para el Quindío, sabía yo de antemano que iba a hacerse periodismo serio. La trayectoria y formación del distinguido hombre público garantizan el cumplimiento de pautas precisas y de imposible abandono, cuando en realidad se desea conseguir un trato digno con la comunidad. Escribir por escribir no sería norma respetable para atender el generoso llamado y hubiera sido preferible no aceptar el compromiso.
Bajo tales premisas ha nacido un periódico diario para el Quindío, escrito con preocupación por los problemas generales e inspirado en el ánimo de acertar. El periodismo, antes que canal de comunicación, que no podría dejar de serlo, representa una conciencia vigilante sobre la moral pública. Por eso mismo, debe ser crítico, único camino para reprimir los abusos, proponer soluciones y buscar el mejoramiento de la sociedad.
Esta postura crítica supone enorme responsabilidad. El periodismo, cuando lo es de verdad, debe poseer condiciones caracterizadas de probidad, recto juicio, solvencia moral y dominio del arte de la comunicación humana.
Ninguna de tales virtudes es ajena al director de la página del Quindío. Sabe Hugo Palacios manejar sus inquietudes con elegancia y firmeza, y quienes lo acompañamos nos sentimos obligados a desplegar afán permanente para que esa norma no decaiga y sea el derrotero de cada momento.
Hacer periodismo no es labor fácil. Exige, fuera de razonable capacidad de discernimiento, mente independiente y serenidad en los juicios. No es lo mismo redactar la noticia que elaborar el editorial. Si se critica, el periodista debe primero preguntarse si tiene autoridad para hacerlo. Después averiguará si sus puntos de vista son justos o solo obedecen a un afán personalista (algo detestable en el periodismo), y si posee la suficiente prudencia y el necesario respeto para debatir los asuntos públicos.
Es importante señalar que esta página del Quindío ha logrado despertar interés y en no pocos casos marcar guías de conveniencia general. No faltaba más que quien esto escribe, modesto garrapateador del periodismo, aunque tenaz y analítico, pretendiera arrogarse ninguna pretensión. Tiene, eso sí, el privilegio de poder estar en contacto con la región. Hablo por los demás para destacar que el Quindío ha encontrado su propio periódico, escrito por personas capaces.
La Patria estrecha así una unión más sólida con nuestro departamento. Quizás no todos han apreciado este hecho. El progresivo aumento en la circulación del diario demuestra que la ciudadanía está identificada con estas campañas que se adelantan con altura y ánimo constructivo por el progreso regional.
Hagamos, pues, periodismo. Hagámoslo con dignidad, con espíritu abierto, con intención noble y actitud respetuosa.
Demostremos garra para movernos en un campo intrincado. El egoísmo, la chabacanería, la pasión partidista, el ademán iracundo, la conducta ligera no podrán pertenecer a nuestros códigos.
La Patria, Manizales, 24-VIII-1980.