Una esperanza quindiana
Por: Gustavo Páez Escobar
No es necesario aguzar mucho el cerebro para presentir en el doctor Hugo Palacios Mejía una sólida perspectiva para el Quindío. Nos quejamos de la ausencia de hombres importantes en el panorama de la nación y solemos menospreciar nuestros auténticos valores. Quizás en ocasiones sólo pensamos con criterio egoísta, con pasión de partido. Esa cortedad de ánimo limita y frustra muchas promesas regionales.
En otras partes se obra y se piensa en función de comarca. El liderazgo de Antioquia, del que ahora se duda porque hay otras regiones en competencia, como el Valle, obedece a un propósito regional. Allí sus hombres eminentes son empujados a posiciones claves del país como banderas de sus departamentos. Por eso, Antioquia y el Valle, valga el ejemplo, pesan en el concierto nacional.
Situados en el Quindío, debe lamentarse que no haya más sentido de región para aprovechar las calidades de quienes pueden sobresalir en las altas posiciones del Estado. Vemos ahora esta promisoria juventud de Hugo Palacios Mejía que lucha por el engrandecimiento de la comarca, con ideas y hechos positivos, y sólo cabe esperar que los egoísmos partidistas no frenen su carrera llamada a importantes realizaciones.
Es hombre de sólida formación y experiencia en la vida pública y privada. Se distinguió como viceministro de Hacienda; fue presidente de la junta directiva del Banco Popular y representante de los gobiernos de Colombia y Perú ante el Banco Interamericano de Desarrollo; dirige hoy el Centro de Estudios Colombianos; es miembro del Directorio Nacional Conservador Alvarista y representante a la Cámara; autor de los libros Teoría del Estado y La economía en el derecho constitucional colombiano, y sobre ambas materias dicta cátedra en universidades de Bogotá; demuestra garra periodística desde su columna editorial de La Patria, y por encima de todo, es hombre estudioso, de firme carácter, de antecedentes limpios y dotado de resuelta vocación de servicio.
Hugo Palacios Mejía es una esperanza quindiana. Sabe difundir y defender sus ideas con brillo y bizarría. Hay que desear que el Quindío, departamento con buen potencial pero enredado en menudos afanes políticos, aprecie a sus mejores hombres sin importar rótulos partidistas.
Que haya consenso para impulsar a la gente de valía a las posiciones claves de la nación, desde donde podrán servir mejor a su tierra y lograr planes de desarrollo para la región. Que no se pierda su dinámica humana.
Con valores como Palacios Mejía y otros que deben tener figuración nacional, el Quindío puede aspirar a dejarse oír en el país y pasar de departamento menor a una región influyente.
La Patria, Manizales, 10-VIII-1980.