El escritor quindiano
Por: Gustavo Páez Escobar
Es una invitación muy comprometedora la que hace Ovidio Rincón al escritor del Quindío para que frecuente las páginas de La Patria, si de cierto tiempo para acá ha brillado por su ausencia. Al extrañar ese hecho, comentaba yo a Ovidio:
«La Patria ha sabido conservar, antes y después de la desmembración territorial, cierto sabor comarcano, que lo mismo se siente en Risaralda, en el Quindío y en Caldas. Por eso puede hablarse, sin exclusivismos, del periódico regional que refresca por igual a las tres parcelas. De un momento a otro desaparecieron de la página central, sin saber por qué, los nombres de habituales escritores quindianos, tal vez con la única excepción de Humberto Jaramillo Ángel, el veterano huésped de esa casa».
Ovidio, en su galante respuesta, se duele que hayan sido los escritores quindianos los que han abandonado injustamente el periódico. El Quindío es tierra pródiga no solo para darle divisas al país con sus cafetales floridos, sino que es además almácigo de poetas, cuentistas, novelistas, intelectuales. .
Es preciso que la clase pensante del Quindío rompa su silencio. Que plumas tan amenas corno la de Euclides Jaramillo Arango, con su inagotable maestría, nos alimenten el espíritu. Que otros amigos regresen al escenario. De la gama de escritores en receso saldrán temas diversos, que los requerimos. Que se agiten ideas. «Si las palabras están enfermas, a nosotros nos incumbe curarlas», clamaba Sartre.
Y bien hace el directivo de La Patria al recordar que en esta era de la brevedad y de cambio de moldes en la prensa, el comentario debe ser comprimido como las píldoras que dan calorías, y catalizador, además, de los afanes colectivos. En esta competencia de la velocidad, donde el mundo casi que se entiende por señas, se ha impuesto la concisión, aunque la profundidad del pensamiento no podrá nunca desaparecer, por más que nos atropelle la frivolidad.
Para el reposo de la biblioteca quedan el ensayo depurado y la contemplación retórica. El nervio del periódico lo hace hoy la nota dinámica. La gente ya no lee, porque carece de tiempo y hasta de vocación, dentro de este enredado afán de vivir rápido, las extensas y respetables expresiones de otros tiempos, que eran el bocado de cada día. Hoy se quiere captar el mundo con una mirada y hasta se pretende que la noticia se transmita con imágenes, en difícil empeño por asimilar cultura con técnicas supersónicas.
Todo un manual de periodismo moderno nos describe Ovidio en dos puntadas desde su Rincón de La Patria, sin dejar de lamentarse de este cambio de mentalidad, pero admitiendo que es imposible evitarlo. Buena ocasión, e inaplazable compromiso para corresponder a su llamado, para los escritores quindianos que se han silenciado, y que los estamos extrañando.
La Patria, Manizales, 8-III-1975.