Biblioteca Banco Popular
Por: Gustavo Páez Escobar
«Con el propósito de contribuir a una más amplia difusión de nuestra Historia y de nuestra Cultura, y en lo que la Dirección del Banco ha entendido que no es empresa ajena a sus objetivos sociales sino labor que con éstos se complementa cabalmente, se constituyó un fondo especial destinado, en su fase inicial, a la publicación de obras de autores colombianos o de autores extranjeros en materias relacionadas con nuestro país. Con la edición paulatina de estas obras se habrá de ir conformando la ‘Biblioteca Banco Popular…»
Tal el enunciado con que el doctor Eduardo Nieto Calderón puso en manos del público, hace cinco años, el primer título de esta formidable serie que está llenando un vacío, con la reedición de libros agotados por completo y rebuscados antes en vano por nuestro país intelectual. Se inició la biblioteca con la biografía del general Hermógenes Maza, escrita para la ocasión por don Alberto Miramón, presidente de la Academia de Historia, obra que se agotó en cortos días y que el Banco, atendiendo la insistente demanda de los lectores, reimprimió poco después en tiraje más extenso.
Siguieron títulos de verdadero interés, todos meditados, todos calculados, y en cada uno de ellos fueron resucitando viejas piezas de la intelectualidad del país, trozos descollantes de este inmenso acervo cultural, en sus diversas expresiones.
El Banco Popular recupera así, con el tesonero afán con que el doctor Eduardo Nieto Calderón sabe humanizar la rigidez del organismo crediticio, obras de invaluable significado en nuestro mundo cultural. No hay duda de que la gente, por lo general perezosa para la lectura, por no decir que indolente para romper la ignorancia, se está familiarizando con los sucesos históricos y con las manifestaciones de la cultura a través de todos los tiempos.
Este difícil empeño del doctor Nieto Calderón comenzó concentrando la atención hacia el estudio de nuestro mundo aborigen (La civilización chibcha, Memoria sobre las antigüedades neo-granadinas, La melancolía de la raza indígena…), para ir entremezclando páginas significativas de la historia, como Francisco Antonio Zea, Memorias de un abanderado, Lecciones de Historia de Colombia (compendio que, en tres tomos, representa verdadero manual de historia patria), Orientación republicana, de Carlos E. Restrepo, y tantas más de imposible reseña en esta breve nota.
Se recogen, de paso, memorables jornadas costumbristas, como los Artículos escogidos, de Emiro Kastos, o El rejo de enlazar, de Eugenio Díaz, o Museo de cuadro de costumbres, que reúne, en cuatro tomos, a los connotados exponentes del género en el siglo pasado. Matizando la colección están primicias como Los amigos del poeta, de Eduardo Carranza, o Regreso entre la niebla, de Alberto Ángel Montoya, o El Hombre que se adelantó a su fantasma, del mismo autor.
Van 57 títulos. Cada uno pesa en la bibliografía colombiana. Y no solo cuentan la calidad de los autores y la estupenda confección editorial, sino su ínfimo precio, pues el libro se distribuye por su costo de $ 20.oo o $ 30.oo, y en algunos casos por debajo de él.
Por fuera de serie han aparecido libros de impacto: Panamá y su separación de Colombia, Hacia el pleno empleo, Informe Musgrave, Desarrollo económico de Colombia, Tres puertos de Colombia.
Encomiable labor esta del doctor Eduardo Nieto Calderón que así restaura el patrimonio cultural del país, lo mismo que lo hace en el campo de la cerámica precolombina con el Museo Arqueológíco del Banco Popular, dos pilares de su sensibilidad patriótica y de su noble ancestro. Y para hacer más accesible el libro al grueso público, como si no fuera suficiente distribuirlo a través de las oficinas del Banco Popular, ha querido que también se confíe su difusión a las librerías aprestigiadas del país, como en Armenia lo hace la Foto-Club, manteniendo uniforme el precio de venta. Así se hace cultura.
«Aspiramos –dice en el primer número de la biblioteca– a que la función social que el Banco Popular desarrolla en el campo del crédito para beneficio de los sectores populares, ostente, además, con esa actividad complementaria, un contenido humanístico que contribuya no solo a justificarla en mayor grado, sino a enaltecerla».
La Patria, Manizales, 6-IV-1974.
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Misiva:
Mucho le he agradecido el generoso despliegue sobre la Biblioteca del Banco. Es usted muy amable en sus apreciaciones y conceptos sobre esta modestísima obra que, sin embargo, sólo personas como usted saben valorar por lo menos en la intención que lleva. Eduardo Nieto Calderón, presidente del Banco Popular.