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La Patria herida

miércoles, 27 de octubre de 2010

Por: Gustavo Páez Escobar

Cómo conforta el espíritu de los colombianos ver que el país, con mínimas excepciones, se pone de pie para respaldar a su Presidente en momentos tan difíciles como los actuales, cuando países llamados hermanos se confabulan para atentar contra la gobernabilidad de la nación.

La famosa frase de Benjamín Herrera: “La Patria por encima de los partidos”, tiene plena aplicación en esta crisis de proporciones gigantescas, en la que Colombia se juega supremos intereses para salvar su posición y su convicción como gran abanderada de la lucha mundial contra el terrorismo y el tráfico de drogas.

Enemigos tan pugnaces del presidente Uribe, como Carlos Gaviria, han salido a censurar los agravios de Chávez contra el mandatario de Colombia. Otro tanto ha ocurrido con Héctor Helí Rojas, otro de los dirigentes más combativos de la oposición, quien ha dicho que “como colombianos estamos como un solo hombre”.

Las fuerzas vivas del país respaldan sin titubeos las acciones ejecutadas por el Gobierno en el ataque a un campamento de las Farc situado en la zona fronteriza con Ecuador, país patrocinador de este movimiento subversivo, acciones que causaron la muerte de ‘Raúl Reyes’, uno de los cerebros más importantes y más intransigentes de dicha organización, comprometido en más de cien expedientes por actos terroristas.

Mientras el exitoso operativo militar y policivo, que fue el resultado de una minuciosa labor de inteligencia y maestría, recibió vigorosa aprobación en el país y fuera de nuestras fronteras, los dos presidentes vecinos afectados por esa baja –Chávez y Correa, cortados por la misma tijera–, la emprenden, en forma denigrante y utilizando los peores epítetos, contra el gobernante colombiano. El vocabulario soez e injurioso empleado, como el de calificar a Uribe de “terrorista”, “asesino”, “mafioso”, “lacayo de Estados Unidos”, resulta más propio de las bajas esferas que de los palacios que ocupan.

Con tales improperios, y sabiendo que “el pez respira por la herida”, es la propia dignidad de sus cargos la que se ve manchada. Bien ha hecho el presidente Uribe en no contestar a tales vilezas, para no ponerse a la altura de la ordinariez y la infamia. La prudencia de que ha hecho gala en los últimos días, que es la mejor consejera para superar la crisis inaudita que le han creado sus propios colegas volubles, dejará al paso de los días, y ojalá en corto plazo, previsibles dividendos.

Colombia tiene que salir adelante en esta encrucijada. La acompañan la razón y la primacía de los altos objetivos que defiende. Más allá de los dos kilómetros que tuvo que penetrar en territorio ajeno para perseguir el terrorismo universal, están el sentido de la lógica y el derecho a la defensa, dentro de circunstancias complejas que, de no haberse manejado con el tino y la precisión con que se afrontaron, no hubieran permitido este golpe certero contra la delincuencia.

Colombia, por su actuación decidida y valiente, recibe el castigo humillante del cierre de fronteras de los dos países vecinos, la expulsión del embajador en Ecuador, la ruptura de relaciones por parte de Venezuela y, como si fuera poco, el despliegue de tropas en los límites fronterizos, con manifiesta provocación belicista.

Antes, el presidente Chávez le había advertido al presidente Uribe (como si se tratara de un niño malcriado): “Si a usted se le ocurre hacer esto con Venezuela, presidente Uribe, le mando unos sukhoi” (aviones rusos de guerra). Este tono de prepotencia refleja el desaforado estilo de monarca tropical que exhibe nuestro peligroso vecino, del cual Dios nos libre.

La Patria, nuestra sufrida Patria colombiana que sobrevive como un milagro durante tantos años que llevamos de barbarie terrorista, ahora está herida –aunque no de muerte– por dos países ‘hermanos’ que no le perdonan a nuestro gobernante el que los haya desenmascarado en sus nexos y afectos con las Farc. Esto es una utopía, difícil de entender y de aceptar.

El Espectador, Bogotá, 5 de marzo de 2008.

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Comentarios:

Claro que sí. No soy uribista, pero como dice Gustavo Páez, hay que apoyar al gobierno porque vivimos una guerra contra el terrorismo. Esos monstruos terroristas no tienen ninguna posibilidad política distinta al chantaje, el secuestro y la matanza. Los colombianos debemos estar unidos, el país lo necesita. Mono (correo a El Espectador).

Si no se hubiera llevado a cabo esta acción no nos hubiéramos enterado de los funestos planes de estos falsos vecinos. Les abortamos sus complots. Chávez y Correa son los nuevos dirigentes del Secretariado de las Farc. William Piedrahíta González, colombiano residente en Estados Unidos.

Magnífico y contundente tu artículo. Jorge Mario Eastman, Bogotá.

Todos los colombianos debemos manifestar nuestro respaldo al presidente Álvaro Uribe en momentos en que personajes ya identificados amenazan nuestra democracia para tratar de establecer en nuestro territorio un gobierno socialista. José Miguel Alzate Alzate, Manizales.

Millones de colombianos ven en su Presidente al líder transparente que es, como lo captan a nivel americano y mundial. Capitán de navío (r) Jorge Alberto Páez Escobar, Bogotá.

Lo más importante: que somos muchísimos los que estamos orgullosos de esta nuestra patria herida. Josué López Jaramillo, Bogotá.

Hoy gracias a Dios parece que se solucionó el problema, por el momento. Digo por el momento, pues no creo en Chávez ni en Correa. Nydia Ramírez Londoño, Armenia.

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