miércoles, 28 de agosto de 2024

Gustavo Páez Escobar

En el año 2010 se fundó la Academia Boyacense de la Lengua, que está compuesta por 27 miembros activos y 12 honorarios. Su órgano de comunicación es la revista Polimnia, bautizada en honor de la musa griega de la poesía, la elocuencia, la danza y la agricultura. Así figura también en la mitología romana. Esto de ser la musa de la agricultura suena muy bien en la tierra boyacense, donde la labranza es uno de sus mayores emblemas.

La academia está presidida por Gilberto Ávila Monguí, y actúa como secretario Gilberto Abril Rojas, quien además es el director de Polimnia, excelente revista que cumple 35 ediciones con amplio e ilustrado contenido. Por ella desfila la cultura boyacense mediante la difusión de sus escritores, y representa un medio de consulta digno de guardarse en las bibliotecas.

El primer contacto que tuve con Gilberto Abril ocurrió en 1974, cuando yo residía en Armenia y él realizaba notable labor cultural en Tunja. Me llamó en busca de información sobre mi naciente carrera literaria, y dos años después salió publicado mi cuento El sapo burlón en el libro que tituló Cuentistas boyacenses contemporáneos –editado por el Instituto de Cultura y Bellas Artes de Boyacá–, al lado de figuras ya consagradas en las letras, como Próspero Morales Pradilla, Eduardo Mendoza Varela, Vicente Landínez Castro, Max López Guevara, Juan Castillo Muñoz, Plinio Apuleyo Mendoza, Fernando Soto Aparicio, Enrique Medina Flórez, Fanny Osorio… En total, 20 escritores. No olvido este honor.

Medio siglo después, me llega una antología de narradores oriundos de Tunja, recopilada por el mismo promotor en Cuentistas de la ciudad sumergida –que lleva el auspicio de la alcaldía local–, donde aparecen 21 trabajos de otros tantos escritores, como Carlos Nossa Monroy, Mercedes Medina de Pacheco, Juan Clímaco Hernández, Carmenza Olano Correa, Rafael H. Moreno Durán, Fernando Ayala Poveda, y el mismo Gilberto Abril (fuera de otros nombres incluidos en la nómina de 1976).

¿Por qué la ciudad sumergida? Fue este el título que el célebre poeta boyacense Jorge Rojas (1911-1995), fundador del grupo Piedra y Cielo y de Colcultura, dedicó a Tunja en 1939, con motivo del cuarto centenario de su fundación. Así le canta: Ciudad, entre mi pulso te sentía, / sumergida también, entre mis venas, / volando tus campanas de alegría. (…) Ciudad que entre mi sueño de azucenas, / ciudad que entre mi sangre transitoria / estás creciendo y mis espacios llenas / con la sangre que viene de tu gloria.

 Sobre Polimnia se dice que fue quien inventó la lira y la armonía. Este instrumento se convirtió con el discurrir del tiempo en el numen o inspiración de los poetas. Bajo este concepto, la revista Polimnia dedica parte de sus páginas a la publicación de la poesía regional. De esta manera, la academia interpreta y le da estímulo al alma sensible de los boyacenses que se expresa en poemas y así sabe ennoblecer la vida.

Boyacá es tierra de escritores y poetas. Esta es su esencia espiritual. Leyendo la revista académica, consagrada al rescate y preservación del idioma, del arte y el pensamiento, el lector se solaza con la serie de escritos recogidos en estas páginas instructivas y gratas.

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El Quindiano, Armenia, 23-VIII-2024.  Nueva Crónica del Quindío, Armenia, 25-VIII-2024. El Muro, Bogotá, 25-VIII-2024.

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