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Archivo para febrero, 2022

Bernardo Nieto Quijano

martes, 15 de febrero de 2022 Comments off

Por Gustavo Páez Escobar 

Hace seis décadas conocí en La Dorada, Caldas, a Bernardo Nieto Quijano, y desde entonces nos unió entrañable amistad. Nació en Líbano, Tolima, territorio azotado por la violencia, circunstancia que llevó a su familia a desplazarse a La Dorada, joven y floreciente población que crecía en la ribera del río Magdalena. Hoy es el segundo municipio ganadero del país, después de Montería, y el segundo más importante de Caldas, después de Manizales.

Concluido su bachillerato en Líbano, Bernardo acudió a la Universidad de Cartagena para solicitar su ingreso a la carrera de odontología. Como tímido provinciano, se sentía inseguro de ser admitido en ese plantel histórico. Cuando fue a enterarse de los resultados, comenzó a leer la lista de atrás hacia adelante, esperando encontrarse, si bien le iba, en los últimos puestos. Avanzó varios renglones, y como por ninguna parte aparecía su nombre, se dijo que había sido rechazado. Sin embargo, siguió leyendo, ya con la esperanza rota, hasta que con la natural perplejidad se encontró… en el primer puesto. Años después, con la tesis laureada, obtenía con honores el grado de odontólogo en dicha universidad.

Por aquella época yo trabajaba en La Dorada, en el sector financiero, y luego me trasladé a Cartagena, donde permanecí dos años antes de volver a Bogotá. Mi reencuentro con Bernardo en la Ciudad Heroica estrechó nuestra  fraternal amistad de toda la vida. En una Semana Santa, me invitó a que hiciéramos un viaje por el Magdalena Medio, hasta llegar a Caracolicito. Nos embarcamos en semejante aventura sin reparar en nada distinto a que íbamos a encontrarnos con un territorio alucinante.

Éramos jóvenes y visionarios, hecho que explica el entusiasmo y el arrojo con que afrontamos los riesgos y los misterios de aquel recorrido cargado de ansiedad y aventura. Y nos deslizamos horas y horas por los ríos torrentosos, bajo los soles tórridos, el bramido de la selva y la infernal invasión de mosquitos que todavía me conmueven el recuerdo. Realizamos la travesía en cinco o seis etapas, hasta que ya finalizando el día y muertos de hambre y cansancio entramos triunfantes a nuestro destino épico: ¡Caracolicito!

Bernardo fue de los primeros odontólogos en llegar a La Dorada, hacia el año 1969.

Sobresalió por su don de gentes, su deferencia humana y exquisita personalidad. La sonrisa y el humor fueron signos vitales de su carácter. El sentido de pertenencia le hizo ganar el aprecio de la gente. No solo sobresalió en su campo profesional, sino que se vinculó a diversas empresas cívicas, médicas, culturales y educativas que propendían al progreso de la ciudad. Y se convirtió en líder de la comunidad.

Fue socio fundador del gimnasio Palma Real, donde actuó como gerente varios años; fundó el jardín infantil Pequeños Exploradores en asocio de su hija María Isabel; inició en una abandonada casa inglesa el Museo Histórico y Cultural de La Dorada, y prestó sus servicios de odontólogo en la base aérea de Palanquero, hospital regional y otras entidades.

Ese fue Bernardo Nieto Quijano, hombre de acción, de principios y altos ideales. Cuando Beatriz, su fiel esposa y entusiasta aliada de todos sus programas, me contó  la enfermedad paralizante que comenzaba a debilitarlo, me sentí abrumado. Hoy  he querido evocar su imagen a través de nuestro alegre viaje por el Magdalena Medio, cuando éramos jóvenes y osados. Es esta una manera de dulcificar la vida y engrandecer el recuerdo.

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El Espectador, Bogotá, 12-II-2022.
Eje 21, Manizales, 8 y 11-II-2022.
La Crónica del Quindío, 13-II-2022.

Comentarios 

Me llegó al alma este hermoso homenaje a mi esposo. Beatriz Arango de Nieto, La Dorada.

Me hiciste llorar de alegría. Qué bello escrito. Con esas palabras me embarqué en ese viaje en compañía de papá. María Isabel Nieto Arango, La Dorada.

Acabo de leer con verdadero placer tu página dedicada al recuerdo del amigo doctor Bernardo Nieto Quijano. Es un elogio a la amistad, una exaltación al tiempo compartido, un recuerdo de aventuras juveniles. No hay forma de borrar de la memoria tantos años de fraternidad y afecto. Amistades como estas nos acompañan toda la vida y son muy pocas las que permanecen nítidas, vivas, y alumbran sin nubarrones la existencia. Maravilloso relato. Inés Blanco, Bogotá.

Esta nota me ha parecido un bello homenaje, grata y dulce manera de dulcificar una noticia amarga, que es de esas que lo aplastan a uno por completo. Preciosa la evocación, más preciosa la aventura por el Magdalena Medio. La disfrutaste cuando ambos eran jóvenes y cuando el Magdalena era ese gran río, inmenso, lleno de cocodrilos que tomaban el sol a las orillas. Tuve la infinita suerte, siendo muy chiquita, de que mis papás me llevaran en el buque David Arango desde La Dorada hasta Bocas de Ceniza. Diana López de Zumaya (colombiana residente en Méjico).

Energía positiva

viernes, 4 de febrero de 2022 Comments off

Por Gustavo Páez Escobar 

Mauricio Borja Ávila, ingeniero industrial, magíster en Administración de Empresas y especialista en Mercadeo y en Banca, me comentó que iba a escribir un cuento. Se había jubilado como ejecutivo del Banco Popular en la casa matriz después de 45 años de labores. En esta entidad ocupó, entre otros cargos, las gerencias de Mercadeo y de Vivienda. Hoy continúa como profesor de la Universidad de los Andes, donde ha laborado durante más de tres décadas; es presidente del Club de Banqueros y Empresarios y pertenece a varias juntas.

La noticia del cuento me causó curiosidad por cuanto no le conocía ningún trabajo en ese género. Meses después me contó que había comenzado a forjar el cuento, pero a medida que avanzaba notó que se le fue volviendo un texto empresarial. Y estructuró esta idea en el libro Así sí –con el subtítulo El camino y el mantenimiento del éxito y de la felicidad, obra editada en octubre pasado por la editorial Letra Minúscula y que puede conseguirse en Amazon. La regla que se impuso fue severa y estricta: iniciaba la escritura desde bien temprano, y la concluía por la tarde.

Un año después estaba cumplido su programa. De paso, demostró que sabía emplear el tiempo del jubilado. Esto le hace honor a la disciplina que desde muy joven adoptó como compromiso con la vida. La fijación de metas, el esfuerzo, la constancia y la realización son, en efecto, herramientas necesarias para el triunfo y la formación personal, y él las ha manejado a la perfección. Su progreso en el sector financiero se lo ganó con tales virtudes, hasta coronar el destacado nivel al que llegó.

Su libro es un texto de motivación que resalta además los valores éticos y morales que deben regir el comportamiento en la sociedad y en el trabajo. Todo lo que  practicó en el sector bancario lo difunde ahora como un reglamento, o un ideario, para quienes aspiren al liderazgo. Bien sabe él que solo con esfuerzo, paciencia e ideales se logra superar los grandes retos y alcanzar la satisfacción. Dijo Churchill: “El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.

La obra me hace recordar El monje que vendió su Ferrari, de Robin Sharma, por la similitud que guardan como tratados de autoayuda y orientación que conducen a la conquista de la felicidad. Habrá fracasos y frustraciones, reveses y desalientos, ya que los caminos de la vida son arduos, pero la lucha consiste en no desfallecer, levantarse y seguir adelante. El fracaso hace parte del triunfo. Hay que continuar la marcha con optimismo y energía positiva, recursos vitales que vienen a propósito al comenzar este nuevo año.

Debo decir que el libro Así sí adquiere características de cuento. No es el cuento literario propiamente dicho, sino el entretenido relato, con sabor a fábula, de sucesos protagonizados por personas empeñadas en superar los tropiezos, tomar aliento y enderezar el camino que lleva al éxito. Felicitaciones, Mauricio.

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El Espectador, Bogotá, 29-I-2022.
Eje 21, Manizales, 28-I-2022.
La Crónica del Quindío, Armenia, 30-I-2022.

Comentarios 

Muchas gracias por participar el nacimiento del libro del doctor Mauricio Borja. De un cuento salió una crónica, una referencia histórica, unas memorias que se rescatan de la amplia experiencia laboral y de la  vida misma, en su calidad de humanista y docente. Interesante trabajo. Inés Blanco, Bogotá. 

Gracias, muchas gracias. Su escrito llega justo en el momento en que necesitaba una voz de aliento. Dora (mensaje a El Espectador).

El tema del libro de Mauricio Borja, Así sí, seguro es la manera de saber vivir ante las dificultades, las adversidades y los problemas de vida que todos tenemos. Un merecido artículo para Mauricio que es un referente para las personas a su alrededor. Liliana Páez Silva, Bogotá.

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