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Archivo para miércoles, 2 de diciembre de 2015

Crece el optimismo

miércoles, 2 de diciembre de 2015 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

El presidente Santos se lo ha jugado todo por la paz. La paz es su obsesión. Tanto es su empeño en esta idea, que en ocasiones descuida otros asuntos que exigen mayor atención. En su campaña presidencial fijó pautas claras sobre la búsqueda de la paz, y en su gobierno puso en marcha sistemas audaces frente a las Farc, que por supuesto lo alejaron de Uribe, quien tiene una concepción opuesta a la suya.

Con esta guerrilla se han ensayado diversos mecanismos a lo largo del tiempo, con resultados negativos. Según Uribe, el método indicado para derrotarla está en la lucha armada. Así actuó durante sus dos mandatos –incluso con participación de Santos como ministro de Defensa–, y la paz no se consiguió.

Agotado este recurso, las vías del diálogo significan para Santos la mejor fórmula para propender al acuerdo de paz. Es lo que se hace ahora. El programa se lanzó en Oslo en octubre de 2012, y las conversaciones se iniciaron en La Habana en noviembre siguiente.

Se cumplen tres años de diálogo en medio de grandes escollos, y si bien es cierto que se han obtenido convenios esenciales, aún subsisten serias diferencias para culminar la operación. Mientras tanto, el país se impacienta y pide más. El tiempo fatiga. Las propias Farc no pensaban que esto iba a durar tanto.

No es fácil el camino por recorrer. Ha sido un camino tortuoso, torpedeado por los enemigos de la fórmula de arreglo, que son, sobre todo, el expresidente Uribe y sus seguidores, que han adelantado una campaña implacable para dar al traste con la intención gubernamental. Ellos no se detienen a considerar que van en contravía de la opinión mayoritaria de los colombianos.

Varias veces las conversaciones han estado a punto de romperse. El pesimismo nacional ha sido crucial en algunos momentos de la negociación. En julio del 2014, los atentados de las Farc contra la infraestructura energética, que dejaron sin luz a Buenaventura y Orito, constituyeron una de las contingencias más graves del proceso.

En noviembre de 2014, el presidente Santos suspendió las conversaciones a raíz del secuestro del general Rubén Darío Alzate por el frente 34 de las Farc en el corregimiento de Las Mercedes (Chocó). Otro momento dramático ocurrió en abril de 2015, cuando murieron once militares en el ataque perpetrado en el corregimiento de Timba (Cauca).

Estos reveses se han superado. Hoy, los índices de respaldo a la solución negociada  alcanzan niveles significativos. Según encuesta del Centro Nacional de Consultoría, en octubre pasado, el 73 por ciento de los colombianos respalda el proceso de paz. Esto contrasta con lo ocurrido meses atrás, cuando el índice no llegaba al 40 por ciento.

Al crecer el optimismo de los colombianos, cabe esperar que será posible la firma del acuerdo el 23 de marzo de 2016, o antes, como lo convinieron las dos partes. El país necesita mantener la actitud positiva. Hay que desterrar los mensajes tendenciosos y fatalistas que circulan por las redes, movidos por los profetas de desastres.

Los correos alarmantes, a veces anónimos, pero con apariencia de veracidad, son muy peligrosos, y los autores suelen esconderse entre las sombras. Su objetivo es claro: crear confusión e inseguridad. Aquí es donde se impone pensar y obrar con serenidad y aplicar un criterio equilibrado.

El Espectador, Bogotá, 27-XI-2015.
Eje 21, Bogotá, 27-XI-2015.

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Comentarios

De acuerdo. Hay que tener seso en la cabeza y entender bien el camino ya tomado. Alberto Gómez Aristizábal, director de la revista La Píldora, Cali.

Es verdad, confiemos y mantengamos el optimismo. El país lo necesita, todos lo necesitamos, aun los empeñados en obstaculizar los buenos resultados. Elvira Lozano Torres, Tunja.

Francamente, no creo que esté creciendo el optimismo. Creo que está creciendo el afán por que crezca el optimismo. Colombia no quiere una paz temporal que sea el inicio de otra guerra infinita. Con impunidad no hay justicia y sin justicia no hay paz. La paz que queremos es una paz que sea segura para nuestros hijos. hugobahamon@yahoo.com (correo a El Espectador).

Su columna entusiasma y esto se palpa en muchas personas antes pesimistas. Estoy de visita por unos meses en Australia. En la reunión de bodas de mi hijo, charlaba con varias personas que me preguntaban sobre Colombia, su situación política, la seguridad (tienen muy claro nuestro inri de violencia), estuvieron muy atentos en mis explicaciones y muy interesados en saber que Colombia, después de 50 años de guerra, firmara un acuerdo de paz con las guerrillas, y gracias, les dije,  a que los colombianos elegimos a Juan Manuel Santos. Muchas de estas personas desean visitar nuestro país; sorpresivo encontrar algunos que lo han visitado recientemente, y estaban encantados. Gilberto Giraldo Henao, Australia.