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Archivo para miércoles, 18 de diciembre de 2013

Equidad pensional

miércoles, 18 de diciembre de 2013 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

Colombia es uno de los países más desiguales tanto de Latinoamérica como del mundo. Esta calificación la da el índice ‘Gini’, que mide la pobreza y el ingreso de todas las naciones. Dicho resultado es penoso para un país como el nuestro que posee inmensas riquezas, y que sin embargo no sabe distribuirlas en forma justa. En el 2012 pasamos del puesto 6 al 19 dentro del grupo de los 48 países más desiguales del orbe, y del 3 al 7 en Latinoamérica. Bastante se ha progresado en la lucha contra la pobreza, pero aún queda mucho por hacer.

Veamos algunas evidencias de la triste realidad colombiana. Tres de cada cinco ciudadanos que trabajan se dedican a oficios informales y no aportan al régimen pensional. Alrededor de 2,6 millones de ancianos viven en la pobreza. Un millón reciben del Sisbén menos de 100 mil pesos mensuales de subsidio. Más de la mitad de los pensionados (unos 749 mil) tienen pensiones inferiores a dos salarios mínimos,  y buena parte reciben un solo salario mínimo.

En el primero de estos casos la pensión máxima es de 1 millón 179 mil pesos, y en el segundo, de 589 mil pesos. ¿Con estas cifras puede subsistir una persona en forma digna? Frente a tales guarismos está el de las pensiones millonarias, superiores a los 25 salarios mínimos fijados por ley de 1994, tope que se violó para más de mil pensionados (entre ellos, excongresistas y exmagistrados). La pensión más costosa del Congreso asciende a 28 millones de pesos (alrededor de 48 salarios mínimos), y el promedio de las pensiones de este organismo es de 20 millones de pesos (34 salarios mínimos).

Esta simple comparación permite deducir por qué Colombia es uno de los países más inequitativos del mundo. Lo que existe en el régimen pensional se presenta en diversos campos de la vida económica. Uno de ellos es el de la alta concentración de la propiedad de la tierra. Otro, el del sector financiero, explotado en gran escala por  magnates que cada vez se enriquecen más a expensas de los usuarios. ¿Cómo es posible, por ejemplo, que algunas entidades cobren más del 30 por ciento de interés por una tarjeta de crédito, mientras la tasa fijada por el Banco de la República es de 3,25 por ciento?

Desde años atrás la opinión pública clamaba por que se frenara el tren arrasador de las megapensiones. La bomba pensional estallaría en corto tiempo y haría colapsar no solo al sistema pensional sino al erario. En diez años el costo de las pensiones sería de 467 billones de pesos, mientras los aportes al sistema solo llegarían al 40 por ciento de ese monto.

El dicho de que “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, válido en  serias coyunturas del país, tuvo efecto en este caso. La situación no daba más espera. Había tocado fondo. El Gobierno y la Contraloría jugaron cartas importantes para poner fin a los abusos que se venían cometiendo.

La demanda que presentaron dos abogados para enderezar semejante desvío de la legalidad, que contaba con complacencias inexplicables, tuvo acertada respuesta de la Corte Constitucional: a partir del primero de julio las pensiones no podrán sobrepasar el tope de 25 salarios mínimos, es decir, 14,7 millones de pesos. Se exceptúan la del Presidente de la República y las de la Fuerza Pública, que tienen regímenes especiales. Además, el fallo ordena revisar y reliquidar otras pensiones obtenidas de manera fraudulenta, muchas de las cuales se perderán en su totalidad.

Ha sido un fallo valiente. Las presiones y los intereses que había en contra eran poderosos. Pero al fin se hizo justicia. Y se rescataron los principios de equidad, solidaridad e igualdad. Ojalá este fallo histórico contribuya para obtener otros logros que se hacen esperar. Así, podremos avanzar, ojalá en forma significativa, en la próxima evaluación del índice ‘Gini’.

El Espectador, Bogotá, 14-V-2013.
Eje 21, Manizales, 10-V-2013.
La Crónica del Quindío, Armenia, 11-V-2013.

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Comentarios:

Magnífico artículo. Una sustentación que envidiarían los economistas actuariales. Alpher Rojas, Bogotá.

Esta equidad debe aplicarse más estrictamente a los sueldos en Colombia, y tanto para privados como para públicos el sueldo máximo no debería superar 20 veces el sueldo mínimo. Así se va bajando el desequilibrio existente en nuestro país. Jomijar (correo a La Crónica del Quindío).  

Me molesta que haya excepciones en las pensiones. Donde las hay, los ciudadanos no son iguales ante la ley. El Presidente de la República debería dar ejemplo. Recordemos a Mujica, en Uruguay. En cuanto a la Corte Constitucional: han tenido que fallar, básicamente, los conjueces y, por lo que dice la Revista Semana, ha sido un sacerdote de la Javeriana su principal artífice. De lo contrario, se hubieran dejado los privilegios. Pienso que Colombia necesita una cirugía profunda de arriba abajo, que no se llevará a cabo con esta politiquería que ha remplazado la política. Jorge Mora Forero, colombiano residente en Estados Unidos.

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Condenada a morir

miércoles, 18 de diciembre de 2013 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

Los esposos Bernardino Lesmes y Amparo González veían con mucha alegría el nacimiento de Paula Sofía, ocurrido hace nueve meses en una clínica de Bogotá. Su primer hijo tenía nueve años de edad y ellos soñaban con la pareja, ilusión que al fin vieron cumplida con la llegada de Paula Sofía.

Pero la niña nació con graves deficiencias orgánicas, y ahí comenzó el calvario de los padres. Estos nunca se habían imaginado que tres enfermedades simultáneas lesionaran en forma catastrófica la salud de la niña recién nacida: síndrome de Down, hipotiroidismo y cardiopatía congénita. Esta última le significaba serias dificultades para respirar. Como si fuera poco, dos días después de su nacimiento tuvo que ser operada por una obstrucción intestinal.

La alegría del segundo hijo se convirtió en un camino de dolores. Comenzaron las consultas médicas, las preguntas sin respuesta, las negativas de los servicios de asistencia hospitalaria. Para los padres, todo se tornaba complejo, oscuro, impenetrable. Los funcionarios de la salud eran seres lejanos e indolentes que no solo los atendían de afán, como si fueran un estorbo, sino que no les resolvían nada.

La EPS Solsalud, a la que estaban afiliados (y que se encuentra intervenida desde hace un año por fallas en el servicio), los sometió a toda clase de trabas, de trámites tortuosos e interminables. Este es el país de los trámites, donde todo se complica por falta de reglas precisas y eficaces. El ciudadano deja de ser una persona digna para volverse un papel, un número, una ficha de computador manejada por personas carentes de raciocinio y sentido humano. Los funcionarios parecen autómatas.

Sin embargo, los padres angustiados reunieron todos los papeles que Solsalud exigía para practicar a la niña la cirugía cardiovascular ordenada, de manera urgente, por una cardióloga de la clínica del Niño, de Soacha. Pero no fue posible obtener la autorización. Se insistió varias veces, y la entidad, aparte de mostrarse imperturbable frente al drama de la vida que se hallaba en serio peligro de muerte, permanecía muda. Ninguna razón dio para su negativa.

“La EPS todo lo negaba, hasta las bolsas de colostomía. En nueve meses solo nos dieron cuatro. Cada una costaba de 35.000 a 40.000 pesos, que nos tocaba sacar del bolsillo”, manifiesta el padre de Paula Sofía al periódico El Tiempo, de donde se toma esta noticia,

Tuvo que acudirse entonces a la Defensoría del Pueblo, última instancia que busca el ciudadano cuando siente vulnerados sus derechos y no ve más salidas. Se entabló una tutela, y se ganó. Pero Solsalud desatendió la orden. Esto ocurría a principios de abril. El caso se complicó con una bronquiolitis aguda que fue atendida en el hospital San Blas, el 24 de abril.

No fue posible que la EPS remitiera a la paciente a una institución especializada. Hoy aduce que ninguna de las quince entidades a las que solicitó ese servicio lo aceptó. No se entiende cómo estas quince entidades se niegan, en el curso de cinco días, a atender la remisión de la paciente. Este aspecto debe obtener plena claridad en la investigación que adelanta la Superintendencia de Salud.

Paula Sofía falleció por un paro cardiorrespiratorio, el 29 de abril, en el hospital Santa Clara, a causa de una neumonía. Es otro episodio, por demás doloroso, que pinta la ineficiencia de los organismos del Estado que deben proteger la salud de los colombianos. Atribuir toda la culpa a Solsalud sería un escape de la exacta realidad. Es todo el sistema sanitario el que desde hace varios años se halla en crisis y reclama medidas de fondo (que aún no logra sacar adelante el ministro del ramo) para garantizar un derecho primordial del ser humano.

El Espectador, Bogotá, 3-V-2013.
Eje 21, Manizales, 4-V-2013.
La Crónica del Quindío, Armenia, 4-V-2013.
Red y Acción, Cali, 4-V-2013.

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Comentario:

La niña sí se salvó. Se salvó de haber llevado durante unos cuantos años –muchos no habría vivido− una vida (¿vida?) miserable, dolorosa y completamente inútil. Y no solo se salvó ella: también se salvaron sus padres y su hermano de tener que soportar el dolor de verla sufrir largo tiempo hasta que muriera. Y no menos importante, se salvaron de tener que cargar con los enormes costos económicos que hubiera implicado el mantenerla con vida, impulsados solo por el vacuo meme de que «la vida es sagrada» (…)  digamos que el amor y la compasión exigirían así mismo que en el caso de una persona en la plenitud de su ser como Homo sapiens, pero que por causas ordinarias es víctima de circunstancias que truncan bruscamente el desarrollo normal de su vida (soldados víctimas de minas, entre innumerables ejemplos), ese Estado idealmente racional no escatime esfuerzo alguno de ninguna clase por hacer que su paso por el planeta continúe con el menor dolor posible. Bernardo Mayorga, Bucaramanga.

Atentados contra los páramos

miércoles, 18 de diciembre de 2013 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

Los páramos son una de las mayores fuentes de suministro de agua del país. Los frailejones acumulan y conservan grandes cantidades hídricas que se canalizan para el consumo humano. Este recurso natural debe ser protegido contra la depredación que realiza la minería, incentivada por los programas impulsados por el Gobierno.

Es lo que sucede con el páramo de Pisba en Boyacá. La compañía Hunza Coal adquirió títulos mineros para la extracción de carbón, y con ese propósito no ha tenido reparo en destruir valiosas reservas forestales. Los procedimientos legales cumplidos por la compañía quedan en entredicho cuando los propios campesinos de  la región son testigos del atropello ambiental que ocurre allí.

Ante dicha realidad, los habitantes de Tasco, Socotá, Socha y Mongua, que son los mayores afectados con la devastación ecológica, levantaron su voz de protesta contra los desmanes de la empresa minera. En vista de la tensión creada y de la decisión de los campesinos de vigilar los trabajos –con turnos de 24 horas en la vereda Calle Arriba–, Hunza Coal retiró su maquinaria.

Pero el peligro no está conjurado. El páramo de Pisba resulta muy llamativo para el negocio minero y atrae no solo a firmas poderosas, como la mencionada, sino a mineros informales que suelen hacer de las suyas cuando las autoridades son permisivas o bajan la guardia. Por este páramo, que alberga uno de los ecosistemas más ricos del país, pasó en 1819 el ejército patriota comandado por Bolívar y Santander que iba a librar las batallas del Pantano de Vargas y Puente de Boyacá y obtendría la independencia de Colombia.

Es preciso que los ministerios de Minas y Medio Ambiente, la Gobernación de Boyacá, Corpoboyacá y demás organismos que tienen que ver con este asunto de tan complejos resortes, extremen el rigor tanto en el trámite de las licencias de explotación minera, como en la ejecución de los trabajos, para evitar los atentados contra la naturaleza que se cometen en este páramo emblemático. Colombia tiene una gran fortuna y no sabe apreciarla: es el único país del mundo que posee el 50% de los páramos de todo el planeta.

Lo que sucede en Boyacá fue lo mismo que sucedió con el páramo de Santurbán en Santander. Allí se organizó un fuerte movimiento ciudadano que dio al traste con la acción depredadora. En el momento, esta se encuentra detenida. Pero hay que mantener el ojo abierto a fin de que al paso de los días no vuelva a surgir la misma amenaza.

Situación similar ocurre con la laguna de Tota, cuyas aguas han llegado a niveles alarmantes a raíz, sobre todo, de las siembras de cebolla, hasta el punto de temerse  por su extinción. Era un desastre que se veía llegar y al que no se le puso remedio eficaz. En diciembre de 1986 –hace 26 años– escribí la columna titulada Salvemos la laguna de Tota. Este tesoro boyacense amenaza desaparecer por el abuso de los depredadores y la indiferencia de las autoridades y la ciudadanía.

En el 2011, cuando el Gobierno iniciaba su política minera, Carlos Villegas Uribe renunció a la Secretaría de Cultura del Quindío por no compartir los programas que venían en camino para la región. Explicó así el motivo de su retiro: “…defender el paisaje cultural cafetero del espíritu depredador de la megaminería (una de las locomotoras del Gobierno nacional que sólo dejará un Quindío lleno de famélicos quindianos tiznados de hollín)”.

Recuerdo este episodio con el ánimo de que se tome conciencia sobre la dimensión nacional del problema. La locomotora de la minería parece que arrastrara una inmensa mancha negra que se riega por los mayores santuarios ecológicos del país.

El Espectador, Bogotá, 26-IV-2013.
Eje 21, Manizales, 26-IV-2013.
Red y Acción, Cali, 26-IV-2013.
La Crónica del Quindío, Armenia, 27-IV-2013.

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 Comentarios:

Claro, los páramos hay que conservarlos. Los frailejones también. Son endémicos –sólo se dan en el norte de Suramérica: en Venezuela y en Colombia–. Al viajar al Ecuador se verá que allá hay grandes alturas, nevados al por mayor, pero no tienen frailejones. Ni existen en ninguna otra parte del mundo. Tener páramos y frailejones es un privilegio, y una obligación conservarlos responsablemente. Loretta van Iterson, Ámsterdam (autora del libro de viajes Nidos de oropéndola, 2010, editado en Colombia).    

No me cansaré de repetirlo: no a la megaminería en el Quindio y en Colombia. Por el derecho a la vida y todos los demás derechos constitucionales, por nuestra salud y la de nuestras próximas generaciones, por nuestros suelos y ecosistemas. Fuera Anglo Gold Ashanti de Colombia. cafecuyabro  (correo a La Crónica del Quindío).

Considero que usted le da la relevancia e importancia que merecen los páramos como patrimonio de la humanidad. Del mismo modo me tomo el atrevimiento de sugerirle que en una próxima columna contemple la posibilidad de hacer mención de los efectos nocivos para la salud de este tipo de explotación minera, ya que al usar metales pesados hay efectos cancerígenos y mutaciones en los fetos. Johana A. Sanguino F.

Respecto a su alusión al lago de Tota deseo compartirle el trabajo que venimos adelantando desde la sociedad civil en procura de un cambio positivo. Si en algún momento considera posible, me gustaría tener la oportunidad de dialogar con usted en torno a la temática que rodea tan valiosa cuenca, a lo cual estoy consagrando sin descanso trabajo diario (y ad honórem)  desde 2010 a través de esta ONG de fundación familiar creada ese año. Felipe Andrés Velasco.

En el páramo que surte en buena parte el acueducto de Manizales, una multinacional minera ejecutó estudios para explotar la mina Tolda Fría, hasta ahora artesanal, y con los meros estudios el daño ambiental ya era notorio. Por fortuna se adelantó una campaña encabezada por la Sociedad de Mejoras Públicas, y con el aporte de columnistas y periodistas que nos unimos a la protesta, se logró por ahora suspender el proyecto. Pero como dice usted con tanto acierto, no podemos bajar la guardia porque al menor descuido nos acaban con el páramo. Pablo Mejía Arango, Manizales.

Cuando uno camina por los escenarios de páramo del Parque Nacional Natural de Los Nevados se da cuenta que gran parte de estos sitios, en donde se produce el aguas que nos tomamos en el Eje Cafetero, están siendo usados para actividades agrícolas y pecuarias. Son sitios con títulos de propiedad legales y que Parques Nacionales debería indemnizar a sus dueños para que estas zonas sean dedicadas a la conservación del agua y de la fauna y flora que allí habitan. Armando Rodríguez Jaramillo, Armenia.

 

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Charlas con Sánchez Juliao

miércoles, 18 de diciembre de 2013 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

Varios calificativos se le dan al escritor de Lorica en relación con el empleo opulento que hizo de la palabra: genial conversador, palabrero mayor, colosal fabulista, espléndido narrador, conversador inacabable… Estas propiedades salen a relucir en la extensa entrevista que tuvo con Carlos Arboleda González, exsecretario de Cultura de Caldas, escritor y periodista, y que este recoge en el libro de reciente publicación que lleva por título Navegando en un cuento: charlas con David Sánchez Juliao.

El 24 de noviembre de 2010, cuando Sánchez Juliao cumplía 65 años de edad, Arboleda se reunió con él en Bogotá para revisar el material de la entrevista, y de paso este le entregó una serie de fotografías que había escogido para publicarlas en el libro que se proyectaba editar. Menos de tres meses después –el 9 de febrero de 2011–, el novelista fallecía en la clínica Shaio a raíz de una afección cardiaca. Se convirtió en su obra póstuma, la que permaneció inédita, junto con el prólogo de Darío Arizmendi Posada, trece años después de las charlas sostenidas con el entrevistador en una finca de Caldas.

Es libro valioso, de grata e instructiva lectura, donde el personaje de Lorica repasa su vida llena de anécdotas, analiza su obra, cuenta sus vivencias y expresa conceptos críticos sobre el mundo literario y el acontecer del país. No tiene pelos en la lengua para decir sus verdades. Fue un inconformista de formación sociológica que lo mismo que censuraba los desvíos morales de Colombia, rechazaba la mediocridad y el arribismo de la gente. Y profiere este juicio punzante: “No me siento cómodo teniendo la nacionalidad de un país que mata tanta gente”.

Autor de novelas, cuentos, fábulas y otros temas exitosos, su obra alcanzó alta nota con títulos como ¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá?, El Flecha, Historias de Racamandaca, Aquí yace Julián Patrón, Buenos días, América, Nadie es profeta en Lorica, Pero sigo siendo el rey, Mi sangre aunque plebeya, Danza de redención. Obtuvo premios literarios, traducciones a doce idiomas, versiones en la televisión, aplausos y numerosos admiradores en Colombia y en otros países. En 1975 creó el audiolibro, la llamada literatura-casete, de la que es pionero en el mundo.

Gran amante del libro, y con él, de la literatura universal, su conocimiento de títulos y autores era vasta. Esa cultura le venía desde su casa solariega de Lorica, dotada de una enorme biblioteca de clásicos y un cuarto de música. La música fue otra de sus pasiones viscerales y ella se evidencia en sus novelas, inspiradas bajo el aire caribeño que arrullaba su alma. “Era la más viva representación del Caribe: altivo, generoso, alegre, sentimental”, dijo José Luis Díaz Granados en la despedida fúnebre congregada en la iglesia de Cristo Rey en Bogotá.

Como embajador de Colombia en la India y en Egipto entre 1991 y 1995, tuvo honda  compenetración con esas culturas milenarias. Conoció su gente, sus pueblos y costumbres, y dejó muchas crónicas viajeras que se proponía reunir en un libro, el que ojalá se haga pronto realidad. “Escribir es lo único que nos salva de la tragedia de vivir”, le confiesa a Carlos Arboleda, fiel guardián de estas charlas sustanciosas movidas por el gracejo, el humor, la amenidad y la sapiencia, y convertidas en legado mágico como tributo a su memoria.

Para Sánchez Juliao el agua era la inspiración de su existencia. El agua lo era todo. Nació a orillas del Sinú, vivió en Barranquilla a orillas del Magdalena, después estuvo a orillas del Ganges y del Nilo. En su vida de sibarita por los caminos del mundo, y residente en cuatro continentes, buscaba siempre el río, el mar, la fuente silenciosa. Pidió que cuando muriera sus cenizas fueran arrojadas al Sinú. Así sucedió: hombre y río se encontraron en la hora final de la palabra.

El Espectador, Bogotá, 19-IV-2013.
Eje 21, Manizales, 18-IV-2013.
La Crónica del Quindío, Armenia, 20-IV-2013.
Red y Acción, Cali, 20-IV-201.

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Comentarios:

Sigo lamentando la temprana muerte de ese gran escritor, conversador y narrador que fue David Sánchez Juliao. Adolfo Valencia (correo a El Espectador.com).

Maravillosa semblanza del fallecido escritor costeño. Tuve la oportunidad de compartir con él una tarde que Carlos Arboleda lo llevó a mi casa e hicimos una tertulia deliciosa. Siempre he sido un aficionado a los relatos de El Flecha, El Pachanga y Don Abraham Al Humor, los cuales escucho cada cierto tiempo y siempre los disfruto como si fuera la primera vez. Pablo Mejía Arango, Manizales.

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Memoria fulgurante

miércoles, 18 de diciembre de 2013 Comments off

Por: Gustavo Páez Escobar

Carlos Enrique Ruiz, director de Aleph, me descubrió a Emma Reyes a través del reportaje que hizo a la pintora en Burdeos (Francia) y que fue publicado en su revista en septiembre de 1999. En julio de 2003, ella fallecía en  Perigueux, a la edad de 84 años.

Emma Reyes salió de Colombia hacia los veinte años de edad y pocas veces volvió a la patria. Se fue como perfecta anónima, marcada por el abandono y la miseria de su niñez y juventud, y en Francia se cubrió de gloria. Fue considerada la tutora de todos los artistas colombianos que hicieron carrera en París. A su huida de un convento de monjas a donde fue llevada junto con su hermana Helena, en el que permanecieron durante quince años, se embarcó, acosada por la pobreza, en la aventura de ponerse a rodar por varios países suramericanos.

A esa edad era analfabeta e hija ilegítima. Había sufrido terribles penalidades al lado de su presunta madre, que la mantuvo encerrada en una pieza miserable del barrio San Cristóbal de Bogotá, y luego la trasladó a Guateque y Fusagasugá en similares condiciones, antes de llegar al asilo de monjas, donde poco le cambió la suerte. Dice que cuando huyó del convento se fue a buscar a su padre en demanda de ayuda, pero él se negó a reconocerla y apoyarla. Nunca reveló quién era esa persona, pero puede deducirse que era alguien importante.

Enfrentada al desamparo absoluto, se ganó la vida en humildes oficios, hasta arribar a Buenos Aires. Se casó, y en poco tiempo se separó. Tiempo después volvería a casarse, esta vez con el médico francés Jean Perromat, a quien conoció en un barco que zarpaba de Suramérica. Con él estableció una unión venturosa. Cuando Germán Arciniegas la conoció en París, ya era una pintora famosa. Su salto de criatura expósita a brillante pintora parece un cuento de hadas.

Arciniegas quedó asombrado ante la genialidad que mostraba, y se negaba a creer que de esa vida rastrera pudiera surgir un ser lleno de talento, imaginación, riqueza espiritual y semejante creatividad artística. Era conversadora portentosa que mantenía encendida la chispa de la gracia y el don de la distinción, y que lejos de ocultar sus vivencias desastrosas, las exponía como ejemplo de superación y de realización humana. Arciniegas le sugirió que contara por escrito lo que a él le decía en palabras, y Emma le reveló que no había tenido estudios escolares y carecía, por lo tanto, de dotes de escritora. Había aprendido las primeras letras, por su propio esfuerzo, después de los veinte años.

Entonces le pidió que, sin fijarse en reglas de ortografía y gramática, le enviara la primera carta narrándole el comienzo de sus desventuras. Después brotarían poco a poco los demás episodios. Así sucedió con las 23 cartas escritas entre 1969 y 1997 que conforman hoy la obra titulada Memoria por correspondencia, la que va por la tercera edición y está considerada el mejor libro colombiano publicado en el 2012.

Narraciones rebosantes de candor, amenidad, ironía y exquisito talento descriptivo, donde su vida desdichada se dibuja con naturalidad y encanto, sin reflejar el menor signo de rencor o amargura. Esta lectura alucinante hace pensar en una mente privilegiada que por encima de los cánones corrientes fue capaz de plasmar una obra maestra. Lo mismo ocurrió con Las cenizas de Ángela del irlandés Frank McCourt, con la diferencia de que este era profesor erudito.

Emma Reyes es un dechado del arte puro e innato, tanto en su pintura como en estas cartas de desconcertante belleza, convertidas en su obra póstuma, la que hará meditar a los escritores de fama y a los editores mercantilistas que solo se fijan en los nombres ya consagrados. “Ella no pinta con aceite sino con lágrimas”, dijo Germán Arciniegas.

El Espectador, Bogotá, 12-IV-2013.
Eje 21, Manizales, 12-IV-2013.
La Crónica del Quindío, Armenia, 13-IV-2013.
Red y Acción, Cali, 13.IV-2013.

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Comentarios:

Esta columna es la síntesis de un cuento de hadas, como lo afirma el texto, o de una hermosa novela dramática. Gracias por permitirnos conocer nuestra “historia”; entrelazar a la, para mí, hasta hoy desconocida Emma Reyes con el gran Arciniegas. Pienso en tantos seres de nuestra tierra cuyo talento lo podemos conocer gracias a la sensibilidad y precisión de los escritores. Marta Nalús, Bogotá.

Bellísima historia. Muy bien contada. Una verdadera perla es esta artista. Gloria Chávez Vásquez, Nueva York.

Impresionantes la vida y milagros de Emma Reyes. Sí había oído y leído algo de ella, por su fama como artista, al igual que supe desde sus comienzos de Fernando Botero o de Luis Caballero, todos ellos humildes artistas en su comienzos en Francia, para luego convertirse en grandes íconos mundiales. Pero no sabía de la vida adolescente tan difícil que tuvo Emma Reyes en Colombia. Por libros de Plinio Apuleyo Mendoza sabía que Emma Reyes apoyaba y estaba en todas las tertulias de los artistas y escritores colombianos que comenzaban a abrirse paso en Francia. Eso dice mucho de su amor por Colombia y los colombianos sin asomo alguno de rencor o envidia. Me daré a la tarea de conseguir ese libro de Memoria por correspondencia. Toda esa vida de Emma y de muchos artistas y gente famosa refuerza mi pensamiento de que todos desde que nacemos tenemos ya escrito el libro de nuestra vida. No importa que hagamos o dejemos de hacer, el destino inexorable tiene que cumplirse hasta el final. Luis Quijano, Houston (USA).

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