Ritornello
Por: Gustavo Páez Escobar
Buen suceso el de este libro de poesía de Roberto Pacheco Osorio que lleva por título Ritornello. ¿Por qué Ritornello?’, se pregunta Enrique Medina Flórez, autor del prólogo y secretario perpetuo de la Academia Boyacense de Historia: «¿Es algo que retorna? ¿Es algo que retiñe como un caracol de luz? ¿Es algo que viene del modo itálico o de las modas y madonas florentinas? ¿Habla de un Renacimiento? ¡Múltiple significación; sagrada polifonía del arte!».
El autor de la obra, asesor laboral de empresas, se retira de la profesión a los 75 años de edad y recibe una hoja de laurel con este su primer libro,que sin embargo ha escrito a lo largo de su existencia, en los entreactos de su actividad de abogado y en sus recorridos por la patria y por la geografía universal. Ya en el ocaso de la vida se gradúa de poeta, con lo que demuestra, de paso, que el arte no tiene edad.
Su esposa, Merceditas Medina de Pacheco, escritora y académica, con quien Roberto ha cumplido la parábola del amor ideal, y con quien además ha acariciado múltiples emociones en sus travesías por diversos países, ha sido la guardiana de este tesoro que hoy, ella misma y tal vez sin el consentimiento de su esposo, divulga en las páginas del libro.
Si el destino de la poesía es permanecer en el universo, mover sentimientos e irradiar belleza, esta obra oculta, forjada bajo el fuego silencioso del amor conyugal, realiza su cometido cuando llega al público.
Leyendo el libro, se encuentra uno con el hallazgo de una poesía cincelada con los rigores del orfebre, donde todo está medido, meditado, elaborado. Las palabras son exactas y las imágenes, fascinantes. El manejo de las metáforas, que relucen como piedras preciosas, ha sido, quizá, el mayor afán del poeta. Se sale él de los lugares comunes para crear el aleteo invisible de las hadas, en copiosa lluvia de estrellas, que cautiva el sentimiento. Si el poeta no es un enajenado –acaso un ser extraterrestre– no logrará pulsar los misterios del alma.
Ritornello es verdadera poesía. No es el viaje del regreso, como pudiera pensarse, sino la introspección, la mirada al universo del poeta, alimentado con el torrente de placeres estéticos que lo han llevado a vislumbrar paisajes y recrearse con sus desasosiegos espirituales. Es, también, el testimonio, la afirmación de sí mismo, que sirve para que otros, en el decurso del tiempo, reciban y entiendan el mensaje de esta vida consagrada al arte. Aquí hay reminiscencia, amor, peregrinaje, luz. No hay sombras, ni laberintos, ni abismos, porque para el autor todo es armonía y diafanidad.
Bien lo advierte el poeta al comienzo del libro: «La poesía es un acto de amor». Y siéndolo, Roberto refrenda en sus poemas que el amor no puede ser borrascoso, sino meridiano. El amor es vida y sueño y canto. Esta obra es un himno al amor.
Revista Manizales, N° 681, febrero de 1998.
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A TI, MERCEDES,
INSPIRADORA DEL CANTO
Gota amarga, salobre.
Sino y destino.
Eterna muerte sin paz, sin alegría,
sin esperanza.
Estaba solo.
De pronto, la montaña fue fresca
y me entregó su entraña de musgo.
Surgieron arroyuelos.
La piedra se hizo viva
y el aire transparente.
Habías nacido tú en las nubes,
en el viento,
en el grito de los montes,
en la abscóndita selva,
y en mi tierno corazón de niño.
Te sigo amando.
Roberto Pacheco Osorio
Junio de 1978