La calificación del alcalde
Por: Gustavo Páez Escobar
Ya había escuchado yo, en la capital del país, buenos conceptos sobre la gestión del alcalde de Armenia, Efrén Tovar Martínez. Dicha apreciación queda ratificada por la encuesta del Centro Nacional de Consultoría contratada por El Espectador y el noticiero CM&, la que midió la opinión de la ciudadanía y le asigna al funcionario una imagen positiva del 87%.
Muy bien le va al alcalde Tovar cuando este alto porcentaje coincide en señalarlo como eficiente administrador de la ciudad. Cuando a la gente se le pregunta si el alcalde ha cumplido con lo que prometió en la campaña, la respuesta favorable es del 71%. Cuando se quiere saber cuál es el estado de Armenia frente a la situación de hace año y medio, el 65% de los consultados dice que mejor, el 22% que igual, y sólo el 13% que peor.
Los únicos renglones adversos de su gestión son los de la seguridad, con el 57% de votos en contra, y el desempleo, que llega al 74%, aspectos ambos que, por otra parte, corresponden a la situación general del país. Esto no se opone a que Tovar Martínez busque en su tierra, en lo que le resta de su mandato, mayores sistemas para atacar ambos problemas sociales.
Los resultados de la misma encuesta en las tres capitales del antiguo Caldas son bastante parecidos. Esto significa que los tres funcionarios compiten en los mismos empeños de progreso regional, y los tres se rajan al mismo tiempo en los campos de la seguridad y el empleo. Veremos, en futura medición, cómo mejora o empeora la acción oficial en las tres ciudades.
Bien librada sale, por consiguiente, la zona cafetera en la elección de sus alcaldes mayores. Esto mismo no ha ocurrido en otros lugares del país. Por ejemplo, los alcaldes sacerdotes han fracasado en sus administraciones. Al de Cúcuta se le acusa de bohemio e incapaz y se le abuchea en pleno escenario público.
Estos confiables termómetros de opinión son convenientes para indicar aciertos y señalar equivocaciones. Permiten, por una parte, premiar el esfuerzo, y por otra, dar oportunidad de rectificar el camino equivocado. Como los alcaldes se deben a su comunidad y no son soberanos, la propia ciudadanía se encarga de aplaudirlos o, en sentido contrario, condenar sus alcaldadas.
Felicitaciones a Efrén Tovar Martínez por responder a las expectativas y confianza de su gente y demostrar hechos ciertos en bien del progreso de Armenia. Como su periodo va apenas por la mitad, los nuevos bríos que han de seguir a esta calificación se traducirán, sin duda, en logros aún más positivos.
La Crónica del Quindío, Bogotá, 30-VII-1996.