Hechos culturales
Por: Gustavo Páez Escobar
En mi reciente viaje al Quindío me encontré con algunos signos culturales que vale la pena resaltar. No conocía la biblioteca formada en la Sociedad de Mejoras Públicas para servicio de la comunidad, y fui a visitarla. Lía Giraldo Soto, la directora, me puso en antecedentes del impulso que ha tenido la actividad cultural en los últimos años, lo mismo que del interés existente para acometer otros programas.
Grata impresión recibí con la colección de libros de autores quindianos que protege la Sociedad de Mejoras Públicas como patrimonio de la ciudad. Iniciativa que se debe al exalcalde César Hoyos Salazar, hoy consejero de Estado, cuyo paso por la administración municipal dejó honda huella.
Óscar Jaramillo García, director del Comité de Cafeteros, me hizo entrega del libro Husos, sellos y rodillos, que la entidad acaba de publicarle a Jesús Arango Cano. Magnífico que esto ocurra por cuenta de la entidad más comprometida con la región.
Cordial sugerencia: es preciso reeditar la obra indigenista de Jaime Buitrago Cardona, una gloria de las letras quindianas. Siendo Hernán Palacios Jaramillo presidente del Comité, dirigí la publicación de la novela Bajo la luna negra, de Eduardo Arias Suárez, que permanecía inédita hacía 50 años. Ojalá el rescate de otros libros valiosos, ya olvidados o desconocidos, sea inquietud permanente del Comité.
Quise hablar con el rector de la Universidad del Quindío para observar el desarrollo de la institución y enterarme de sus planes, pero no fue posible llevar a cabo dicha entrevista. En mis épocas quindianas mantuve estrechos vínculos con el Alma Máter, sobre todo en las rectorías de Fabio Arias Vélez y Horacio Montoya, y conservo con mucho aprecio la moción con que me honró el Consejo Académico en el momento de mi partida.
Grandiosa obra la del Parque del Café. Se halla a la altura de los mejores parques del mundo. A Diego Arango Mora, realizador de la idea, le repito mi sorpresa y admiración. La cultura del café ha logrado el mayor monumento que pudiera levantársele.
La Crónica del Quindío, Armenia, 24-IX-1995