Actualidad de las profecías bíblicas
Por: Gustavo Páez Escobar
(La autora y su obra: contraportada del libro)
Por llevar Laura Victoria 48 años de residir en Méjico, a donde viajó defendiendo la patria potestad de sus hijos, su nombre se ha silenciado en Colombia. Sus libros no volvieron a circular en nuestra patria. Pero su obra es imperecedera.
Nacida en el pintoresco municipio de Soatá, capital de la provincia del Norte de Boyacá, pertenece a un respetable hogar: La familia Peñuela, de gran figuración en el departamento y en el país. Su nombre civil es Gertrudis Peñuela de Segura. Sus hijos: Humberto, Mario –destacados profesionales que echaron raíces en el país azteca– y Beatriz, que se hizo célebre en el cine mejicano como Alicia Caro. En los arios treinta adoptó el seudónimo de Laura Victoria, que conservó en toda su obra literaria y el cual hizo también registrar para su vida civil.
Con Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou, Alfonsina Storni, Delmira Agustini y Rosario Sansores creó la constelación de las grandes líricas latinoamericanas que le dejan al continente unas de las expresiones más estremecidas y bellas del sentimiento femenino universal. Fue la ganadora en 1937 de los Juegos Florales, suceso en el que compitió frente a Eduardo Carranza y otros renombrados poetas colombianos.
De la poesía sensual, con la cual enardeció multitudes por los teatros de América como declamadora prodigiosa, pasó más tarde a la poesía mística. Durante su permanencia en Méjico se dedicó al estudio profundo de la Biblia. Esto constituye otra vertiente de su interesante y polifacética personalidad.
Su obra, hasta el momento –ya que su lámpara poética sigue encendida–, la conforman los siguientes títulos: Llamas azules (Bogotá, 1933); Cráter sellado (Méjico, 1933); Cuando florece el llanto (España, 1960); Viaje a Jerusalén (Méjico, 1985). Y los siguientes libros que se publican simultáneamente en los actuales momentos: Itinerario del recuerdo (memorias), Actualidad de las profecías bíblicas (divagaciones alrededor de la Biblia) y Crepúsculo (poesía de la madurez, seguida de su poesía mística).
Laura Victoria es una gloria de Boyacá y de Colombia. Su voz romántica resuena por los confines de América. En España obtuvo fervientes adhesiones. Ahora, con la cosecha de los tres libros citados, su nombre vuelve a mover los aires frescos de su amada tierra colombiana.
Bogotá, enero de 1989.