¿Qué pasa con Dionisio?
Por: Gustavo Páez Escobar
Dionisio, o Bernardo Ramírez Granada, ha venido elaborando con paciencia, autenticidad y buenos recursos literarios sabrosas crónicas sobre hechos y personajes municipales de la Armenia antigua, que algún día serán recopiladas en libro. Libro que se ha hecho esperar y no sé si está en la intención del autor publicarlo por su cuenta o seguir esperando el cumplimiento de una ordenanza que se convirtió en letra muerta.
Ramírez Granada, que maneja una prosa erudita y refinada, es profundo conocedor de la vida comarcana y ha logrado recuperar episodios y revivir personajes pintorescos que suelen esfumarse con el paso del tiempo. Como cronista atento a la vida de su pueblo, no solo relata los sucesos que han circulado a su alrededor, sino que investiga los que se escapan a su conocimiento, y lo hace en castellano florido e ingenioso. Es fiel historiador de la ciudad, labor difícil y ponderable.
He oído hablar, desde hace varios años, del proyecto de publicación de estas crónicas. Es inexplicable que Extensión Cultural permanezca ausente de dicha iniciativa. Si las cosas se hicieran por prelación y mérito, las Crónicas de Dionisio han debido editarse hace mucho tiempo.
Al autor habría que pedirle que, si la acción oficial sigue renuente, acometa por su cuenta la edición de su libro, en la seguridad de que tendrá éxito rotundo. Sin embargo, Bernardo Ramírez Granada no tiene pretensiones publicitarias y vive alejado de la vanidad. Sus crónicas, de todas maneras, no pueden perderse.
Nunca ha existido verdadero propósito de fundar la Biblioteca de Autores Quindianos. Para que esto ocurra se necesita juicio serio y continuidad de la persona encargada de dirigir la cultura regional. En otras partes este empleo es casi inamovible. Aquí es cuota de poder.
Por las paradojas que suelen ocurrir en los predios de la cultura, a Bernardo Ramírez Granada no se le invitó al reciente encuentro de escritores quindianos. ¿La razón? Alguien me dijo que por no se autor de ningún libro. Quedé confuso con criterio tan miope.
Si algo es Bernardo, es escritor. Otros escriben libros y no son escritores. Las Crónicas de Dionisio, que han tenido amplia divulgación en la prensa local, muestran que su autor es gran escritor. Escribe despacio y se exige mucho. Es severo con su estilo.
Sin embargo, la verdadera solidez de esas crónicas, o su perdurabilidad en el tiempo, sólo se obtendrán cuando estén empastadas. Mientras tanto, Dionisio, el alias de Bernardo, no tiene afán de volverse libro, lo cual es una lástima.
No es razonable que continúe transcurriendo el tiempo sin que los amantes de las letras tengan la feliz oportunidad de deleitarse con esta joya de la literatura quindiana.
La Patria, Manizales, 11-IX-1980.
Apostilla:
Las Crónicas de Dionisio fueron publicadas por Quingráficas, en octubre de 1981, dentro de la Biblioteca de Autores Quindianos. Su autor me pidió unas palabras para la solapa del libro, en las cuales digo lo siguiente:
Un hombre de cultura
Un día ya lejano fue maestro de escuela en Quimbaya y de allí arrancó, sin duda, su amor a la pedagogía. Más tarde fue rector del Colegio Rufino de J. Cuervo y luego el primer rector de la Universidad del Quindío. En el sector público ejerció las Secretarías de Educación y de Fomento y Desarrollo del departamento. Se ha destacado, además, como articulista de diferentes periódicos y revistas.
La vida de Bernardo Ramírez Granada se caracteriza por sus inquietudes pedagógicas y su vocación de escritor. A pesar de ser este el primer libro que publica, siempre ha sido escritor. Desde hace mucho tiempo viene elaborando, en forma silenciosa y alejado de afanes publicitarios, las deliciosas Crónicas de Dionisio, martilladas con elegante y castiza prosa. Por estas desfilan personajes y episodios de Armenia, su cara ciudad, y dibujan importantes perfiles de épocas memorables. Es, por sobre todo, el cronista atento al discurrir de la vida, que logra rescatar valiosas referencias de la Armenia antigua.
Gustavo Páez Escobar