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Tres años de bonanza cafetera

domingo, 2 de octubre de 2011

Por: Gustavo Páez Escobar

Como decidido defensor de las últimas me­dias adoptadas por el Gobierno para contrarrestar la inflación se mostró en Armenia el doctor Antonio Álvarez Restrepo. El salón de conferencias del Banco de la República quedó copado media hora antes de la conferencia, en vista del enorme interés que despertó en los círculos cafeteros la presencia del distinguido nombre público a quien se  tiene como una de las autoridades más versadas en la economía del país, y sobre todo en los intríngulis del café.

Invitado por el Comité Departamental de Cafeteros y la Fundación para el Desarrollo Industrial y Agrícola del Quindío, el doctor Álvarez Restrepo cumplió una cita de honor, como la llamó, con el joven departamento, una de las sedes más naturales del grano.

Peligros de la inflación

Días atrás había publicado en su columna de El Espectador, bajo el título Una medida heroica, una nota sobre las disposiciones económicas de los últimos días. Ningún es­cenario tan indicado como este del Quindío para volver sobre el tema. En su disertísima con­ferencia anotó los peligros incalculables que pueden sobrevenirle al país si el Gobierno no previene, como lo está haciendo, los efectos inflacionarios que se ciernen sobre el futuro inmediato. Recordó que en 1973 los medios de pago sumaban treinta y dos mil millones de pesos, para duplicarse tres años después.

Si el dinero circulante supera en el momento los sesenta mil millones, y esto constituye seria amenaza para el país, la situación tiende a agravarse cuando salga la cosecha mayor del café en los próximos tres meses, calculada entre quince y veinte mil millones. Si el país no ha llegado, y tal parece que el juicio de sus go­bernantes nunca lo permitirá, a lo que se conoce como inflación galopante, presente en países agobiados por el descontrol de sus finanzas, como Chile, Brasil y Argentina, es preciso adoptar enérgicas medidas para que ello pudiera ocurrir.

El exceso de dinero en poder del público erosiona la seguridad de una nación. La demanda de los artículos es determinante de alzas motiva­das por el incentivo del dinero, que cada vez haría subir más el costo de la vida. “Hay que construir diques y elevar defensas para que la economía toda no se hunda en el turbión revuelto de una inflación incontrolable”, dijo en su ar­tículo periodístico.

El reintegro cafetero

La única medida que no comparte es la relacionada con el reintegro anticipado del café, que acaba de ser suprimido. Considera el doctor Álvarez Restrepo que, teniendo los exportadores compromisos ya adquiridos con los mercados internacionales, y sobre todo con las casas de los Estados Unidos, tendrían que sortear inmensas dificultades –que no son justas– para poder cumplirlos. El expor­tador necesita recursos monetarios para canalizar la venta del grano al exterior, y en momentos como los actuales de drástica restricción bancaria, significa crearle un angustioso estado. Espera que el Gobierno revoque esta cortapisa.

Tres años de bonanza

El país puede esperar tranquilo el futuro inmediato. Las heladas del Brasil imponen, como mínimo, tres años de bonanza. El café colombiano tiene mercados asegurados. Recomienda para el Quindío impulsar la industria y, como idea concreta, crear una corporación regional de crédito, el mejor mecanismo para fomentar el progreso comarcano. Trajo a cuento la feliz ocurrencia de haber sido favorecido el Quindío con el nombramiento del doctor Diego Moreno Jaramillo como ministro de Desarrollo.

Un “mico” absurdo

Como verdadero despropósito calificó el «mico» que acaba de colgarle un padre de la patria al proyecto de ley según el cual la bonanza cafetera entraría a repartirse entre to­dos los municipios de Colombia, proposición que no tiene lógica. Es apenas elemental que sean las propias regiones productoras del grano las que fortalezcan sus economías, si de todas maneras la contribución del gremio al progreso del país representa una cuota significativa.

Pidió, de paso, que el cafetero entienda patrióticamente que, si sus impuestos son amplios, con ellos está cooperando a que sectores marginados tengan mejores medios de vida. sto no se opone a esperar que en los próximos años el Gobierno alivie progresivamente, con una disminución anual de la tasa de impuestos, la suerte del gremio, uno de los más gravados.

Controversia con Min-Agricultura

Es el doctor Álvarez Restrepo decidido precursor de una política de congelación de precios. Se requiere, en su concepto, para evitar una especulación que tendría funestas consecuencias en los próximos meses, que exista mano fuerte. Su planteamiento es muy gráfico: cuando el cafetero comience a vender la cosecha y a recibir el doble de lo que obtuvo el año pasado, su dinero, que tiene la característica de una gran movilidad, tentará a los vendedores de los bienes de consumo, quienes comenzarán una espiral alcista de tremendas repercusiones para el país.

El doctor Rafael Pardo Buelvas, ministro de Agricultura, refuta la tesis del doctor Álvarez Restrepo con la afirmación de que la congelación de precios no frena la especulación.

Desde Armenia, capital del café, el doctor Álvarez Restrepo ha movilizado ideas de palpitante actualidad. Es el café un tema que domina y lo apasiona. Su indiscutible autoridad determina que sus planteamientos, y entre ellos el de la congelación de precios que defendió con vehemencia, se estudien con el cuidado que merecen.

El Espectador, Bogotá, 25-VIII-1976.

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Misiva:

Nunca fui transcrito con tanta fidelidad. Reciba con mis agradecimientos mi cordial saludo, Antonio Álvarez Restrepo, Bogotá.

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