Centenario de Laura Victoria
Por: Gustavo Páez Escobar
Las Academias Colombiana de la Lengua y Boyacense de Historia tributaron a Laura Victoria grandioso homenaje para conmemorar el centenario de su nacimiento, ocurrido en Soatá el 17 de noviembre de 1904. En el acto académico fue presentado el libro Laura Victoria, sensual y mística, de mi autoría, editado poco tiempo antes de su muerte. La ilustre desaparecida fue la pionera de la poesía erótica y su fama traspasó las fronteras patrias y la llevó a las altas cumbres del elogio, al lado de las grandes líricas del continente.
Con motivo de la edición de su biografía y de la muerte de la poetisa, diversas voces se dejaron oír en reconocimiento a su destacada obra literaria y su valiente actuación por las causas femeninas. En el periódico El Tiempo, Enrique Santos Molano comentaba que “sus primeros poemas, publicados en los años veinte, la consagraron como una de las figuras más excelsas de la poesía lationoamericana y fueron celebrados en todos los países de habla hispana”. En la emisora WFM, Alberto Casas Santamaría se refería a ella como una figura de “importancia cultural innegable” y recordaba que su poema En secreto, de fino sensualismo, produjo escándalo en aquellos tiempos puritanos.
En un reportaje radial por RCN, Dora Castellanos la calificaba como una mujer “vital, apasionada, interesante y atractiva, que causaba escándalo, porque ninguna otra mujer se había atrevido a decir una poesía tan ardiente, tan directa y sensual”. Maruja Vieira, en el mismo programa radial, manifiestaba que fuera de poetisa, Laura Victoria fue gran periodista, y mencionaba el encuentro que tuvo con ella tres años atrás en Ciudad de Méjico, ocasión en que su amiga añoraba al país y se dolía de no serle ya posible el regreso.
En su espacio radial, Jorge Consuegra, romotor de la cultura nacional, lamentaba la indiferencia de la prensa ante la muerte de la poetisa, con estas palabras: “Colombia no le dio a Laura Victoria la importancia que se le debía haber dado, a pesar de ser superior su obra a la de Juana de Ibarbourou y Delmira Agustini”. En efecto, ningún periódico (que yo sepa) publicó la noticia fúnebre, como sí lo hicieron varias cadenas radiales.
En cuanto a los medios escritos, merece destacarse la página suscrita por Carolina Abad, editora de Arte y Gente de El Espectador, dos semanas antes del deceso, en la cque declaraba que como pionera de la poesía erótica, Laura Victoria “desafió prejuicios sociales y religosos para dar rienda suelta a su imaginación, a sus sentimientos y a la sensualidad de la mujer”. Y pocos días antes, la poetisa Inés Blanco había publicado en el periódico Acorpol (Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de la Policía Nacional) otra página notable, donde decía: “No le tiemblan la mano y la pluma a Laura Victoria para entregar en versos toda su capacidad emotiva y física”.
Como biógrafo de Laura Victoria, he sido destinatario de una serie de mensajes provenientes del mundo de las letras y sobre todo de los jardines de la poesía, en torno a la gran cantora del romanticismo, mensajes que deseo destacar y agradecer con ocasión del homenaje ofrecido por las dos Academias atrás citadas. La brevedad del espacio me impide transcribir, como lo quisiera, conceptos y poemas llegados a mi mesa de trabajo, pero voy a citar los nombres de los oferentes: Víctor Cardona Rojas, Hernando García Mejía, Leonor Herrera de Rodríguez, José Trino Campos, Mara Agudelo, Helena Araújo, Aníbal Quintero Quintero, Tertulia Tienes la Palabra “Francisca Vélez”, Horacio Gómez Aristizábal, Jaime Lopera, Esperanza Jaramillo, Sylvia Lorenzo.
En fin, se nos ha ido la pregonera del amor sensual y del amor místico, pero quedan su obra y sus realizaciones humanas como paradigmas del talento colombiano y como ejemplo de imitación para los nuevos tiempos.